Existen diferentes fórmulas para pagar menos por el dinero que te han prestado o para ampliar tus líneas de financiación. Reunificar deudas es una de ellas.
La deuda no es mala en sí misma, pero puede convertirse en un problema cuando una persona se endeuda en exceso, cuando pide dinero prestado más allá de su capacidad para poder pagarlo. Es entonces cuando pueden surgir problemas y hay que buscar fórmulas para solucionarlos. Reunificar una deuda es una vía para poder hacer frente a las deudas que tenías abaratando el coste de financiación.
De forma muy resumida, la reunificación de deudas consiste en agrupar en un solo préstamo o crédito varias deudas, habitualmente de un mismo deudor para pagar una cuota mensual menor. De esta forma se podrían agrupar la hipoteca, el crédito del coche, el préstamo personal para la reforma de la casa, las compras efectuadas con la tarjeta de crédito… y en términos generales cualquier otra deuda bajo un único préstamo.
Cómo funciona la reunificación
Existen dos posibilidades a la hora de reunificar una deuda: hacerlo bajo un nuevo préstamo o ampliar uno ya existente. En cualquiera de los casos el procedimiento habitual suele ser el de cancelar todos los préstamos y créditos y sustituirlos por uno nuevo, que tiene un importe igual a la suma de todos los agrupados o y normalmente mayor plazo y menor interés. Si se hace con un préstamo ya existente, el camino sería el mismo sólo que dejaríamos el préstamo de destino abierto.
Al final lo que se consigue es pagar cuotas mensuales menores, tanto porque el tipo de interés es menor como porque el plazo es mayor. Lo que ocurre es que si antes había que devolver 100.000 euros en 10 años a razón de 10.000 al año, cuando ampliamos el horizonte temporal hasta los 20 años, la cuantía anual baja ya a 5.000 euros. Y todo sin tener en cuenta los intreses.
La hipoteca, destino de la reunificación
En la mayoría de casos la hipoteca, bien la existente ampliada o una nueva, suele ser el destino del resto de créditos. El motivo es que la hipoteca cuenta generalmente con unos tipos de interés menores que los del resto de préstamos, sobre todo ahora con el Euribor por los suelos.
Además, es un préstamo mucho más flexible en plazos que usa como garantía la vivienda, de la que ya se habrá pagado una parte. Dicho de otra forma, una hipoteca se puede firmar hasta 35 o 40 años, algo que no se hace con ningún préstamo personal o de consumo. Si el ahorro en la reunificación de deudas llega sobre todo a través de la ampliación de plazos de devolución, resulta lógico que la hipoteca sea el cajón desastre eleigido.
Ventajas de reunificar deudas
Ante la pregunta de si es conveniente realizar una reunificación hay diferentes respuestas que pueden llegar o no a dejarlo mas tranquilo, ya que hay aspectos positivos y negativos.
Uno de los aspectos positivos que se pueden detallar es que al optar por hacer una Reunificación de un Préstamo, es que la cuota mensual que deberá pagar será de menor valor que la suma de todas sus cuotas anteriores. También se puede obtener un interés menor, ya que los tipos de Hipotecas que los de Prestamos Personales. Y tal vez la principal ventaja, es que se puede elegir el plazo de amortización.
Desventajas de la reunificación
Pero no todo es positivo a la hora de juntar los préstamos. Hay un aspecto negativo que nunca debes perder de vista: terminarás pagando más por la misma deuda.
El primer motivo es que al alargar el plazo de amortización pagas intereses durante más tiempo y por lo tanto, el desembolso es mayor. A esto tienes que sumar las comisiones de cancelación que habrás pagado por liquidar los préstamos que quieres juntar -será de en torno al 1% del total-.
También hay que tener en cuenta que si eliges la hipoteca como destino del resto de deudas estarás poniendo en riesgo tu vivienda. Y es que en caso de impago, el banco podrá seguir reclamando la deuda de la hipoteca ampliada incluso tras embargar y vender la casa si con el dinero obtenido no salda la deuda, algo muy plausible teniendo en cuenta que has ampliado el importe del préstamo.
Reunificar deudas es una opción de último recurso, primero porque quien lo hace es porque ya está en una situación delicada y segundo porque cada vez son menos los bancos que las admiten. Antes de lanzarte a ello piénsatelo y haz cuenta, porque puede no merecer la pena.
Una alternativa
Existen otras alternativas a la reunificación y una de ellas es el método para pagar deudas conocido como Snowball Debt o bola de nieve que explicamos en detalle en este enlace. Su funcionamiento es sencillo. Primero debes listar todas tus deudas y clasificarlas en función del capital pendiente de paro y del tipo de interés y calcular cuánto supone cada una al mes. Recuerda que existen diferentes tipos de deudas y que te afectan de forma diferente.
A partir de ahí deberás empezar a pagar la que tenga un tipo de interés mayor, bien haciendo aportaciones extraordinarias cada mes o ahorrando y cancelando deuda -si hay una deuda muy cercana a pagarse, con poco capital pendiente, también es una buena medida ir a por ella primero aunque su tipo de interés no sea el más alto-. Una vez hayas pagado la primera deuda, utilizarás el dinero que te ahorras en hacer lo mismo con la siguiente y así hasta haber terminado.
Por donde empezar
Lógicamente, para poder llevar a cabo este método hace falta un mínimo de capacidad de ahorro o, en su defecto, el negociar con alguno de los acreedores que congele el pago de la deuda por un tiempo. La mejor forma de hacerlo es a través de un buen presupuesto.
Repasa tus gastos y busca tus pautas de consumo. Al hacerlo piensa en qué gastos te hacen realmente feliz, cuáles no y empieza a cortar de raíz estos últimos. Recuerda que cuanto antes pagues la deuda, antes podrás disfrutar del 100% y además te