Resulta relativamente corriente que muchas personas preguntadas por los motivos por los que no invierten y utilizar herramientas de ahorro garantizado, no tienen una respuesta razonada más allá de algunos lugares comunes. Esto no es casualidad, se trata de una combinación de sesgos y cultura financiera.
Vaya por delante que la inversión no es una acción obligatoria para todos. Efectivamente, hay perfiles de usuario que desarrollen unos niveles de aversión al riesgo tan elevados que es imposible plantearse para ellos la exposición. Sin embargo, para una gran parte de pequeños y medianos ahorradores es simplemente una cuestión de desconocimiento.
Por qué se tiene tanto miedo a la inversión
En una primera instancia el miedo a la inversión viene dado por el miedo a la pérdida de patrimonio. Es un error pensar que la diferencia entre quien invierte y quien no lo hace es que a uno no le importa perder patrimonio y al otro sí.
A nadie le gusta la pérdida patrimonial, pero el inversor sabe que para obtener una mejor proporción de rentabilidad necesita asumir mayores posiciones de riesgo. Esto, para la inmensa mayoría de inversores es exactamente así: a menor nivel de riesgo menor rentabilidad, a mayor nivel de riesgo mayor proyección de rentabilidad.
¿Pero si el miedo o rechazo a la perdida es algo que acumulamos todas las personas porque unas aceptan invertir y otras no? Como indicamos al comienzo se trata de una mezcla de sesgos y cultura financiera.
Qué son los sesgos
Los sesgos son características psicológicas que nos incitan a comportarnos de una u otra manera en relación a nuestro dinero.
No sólo los encontramos relacionados con la inversión, también, por ejemplo, con el consumo.
En este caso existen diferentes sesgos que hacen que se multiplique la sensación de riesgo para el inversor[…]Leer noticia completa en la fuente original