El Fondo Monetario Internacional propone bajar los sueldos un 10 % en España para mejorar el crecimiento y reducir la tasa de paro. Es difícil saber a priori si esa es la solución o parte de ella, pero sí parece razonable y justo procurar que la crisis no sea un drama para más de una cuarta parte de la población, que son quienes están en paro. Así es fácil argumentar que repartiendo el pastel tocará a menos cada uno pero tocará a todos, y será más llevadera esta travesía por el desierto de la crisis económica.
Los funcionarios ya tuvieron varias bajadas de sueldo, después de varios años de sueldo congelado. Quizá en realidad no se trate de bajar el sueldo, sino de valorar el trabajo con el sueldo justo, sabiendo que ese valor no sólo depende del trabajo realizado sino de la coyuntura en la que se realiza. Así, quizá debamos cambiar la cultura del aumento por el mero transcurso del tiempo a la fluctuación del sueldo según la marcha de la empresa. Es triste que nos planteemos estas cuestiones en época de vacas flacas, pero no es mala, incluso desde el punto de vista sindical, si sirve también para cuando se supere la crisis: no perdamos la esperanza.
Los trabajadores que participan en la gestión de la empresa –un caso paradigmático es el cooperativismo vasco, en el que el trabajador es socio de la empresa y aporta a esta su capacidad de trabajo– se ponen sus propios sueldos, bajándolos cuando hace falta y cobrando beneficios cuando toque. Esta no es la cultura laboral del trabajador por cuenta ajena español, ni del empresario medio en España, que no se preocupan de la situación económica de la otra parte social. En momentos de crisis como los que vivimos se puede aprovechar la ola para hacer este tipo de cambios culturales profundos con la vista puesta en el medio o largo plazo.
Para que un país prospere como tal, lo sagrado debe ser el empleo, no tanto el sueldo: que todos tengan trabajo aunque se gane menos en tiempo de crisis.
Para que el sueldo fluctúe a la baja o al alza según la situación de la empresa debería haber algunos seguros o líneas rojas. Por ejemplo, un mínimo por debajo del cual no se pudiera ni debiera bajar. El trabajador debe saber con que dinero cuenta de forma duradera para poder comprometer su gasto fijo (hipotecas, alquileres, etc.). Además debería existir la posibilidad legal, y obligación correlativa de los bancos, de aumentar los plazos de algunos tipos de préstamo, bajando la cuota mensual, para casos de crisis.
Lo que no puede ser, es pretender vivir mejor que los ricos sin serlo. O lo que es lo mismo, vivir mejor que los alemanes no siendo alemán.
Ahora bien, si bajan los sueldos tendrán que bajar el pan, la leche, el transporte, los alquileres………..
Hagamos lo que hagamos, todos los beneficios se dedicarán a limpiar deuda, así pues, no se emplearán en activar la economía.
Lo más importante, es hacer que las empresas sean competitivas, conseguir que las empresas que tienen problemas no cierren, y las empresas que van bien amplien su producción aqui.
Ahora no hablamos de repartir la riqueza (beneficios) entre empresarios y trabajadores, sino de que haya riqueza (beneficios) para la sociedad.
Eso de pagar menos y repartir el trabajo en vez de mandar a la gente a engrosar la cola del paro es lo que han hecho en Alemania. Pero en España, ¿en que sector metes a tanta gente que no sabe más que poner un ladrillo encima de otro?