En agosto los franceses lanzaban las campanas al vuelo, para celebrar que su económica salía de la recesión tras los estragos provocados por la crisis financiera desatada tras la caída de Lehman Brothers. Lo que no sabían en aquel momento era que la alegría no iba a ser duradera y que sería una nueva crisis, esta vez la deuda europea, les iba a llevar de nuevo al abismo. Al menos eso es lo que estima el Banco Central francés. Según los datos difundidos hoy sus estimaciones apunta a que la economía gala se contraerá un 0,1% en el tercer trimestre del año, lo que implicaría acumular dos meses de caída y por lo tanto entrar en lo que los analistas consideran recesión técnica.
El Ejecutivo de François Hollande revisó a la baja sus previsiones a comienzo del mes pasado, hasta un crecimiento del PIB de un 0,3% en 2012 y de un 1,2% en 2013, frente al 0,4% y 1,7% de la primeras estimaciones.
El ministro de Economía, Pierre Moscovici, ha admitido el pasado miércoles que se sentía «inquieto» por las cifras de crecimientos, pero no esperaba una ulterior revisión de las previsiones para 2012.