El miércoles los Ministros de Finanzas llegaron a un acuerdo para crear el supervisor único, algo que por cierto debería haber nacido con el euro. El acuerdo es tan solo eso, un acuerdo, todavía quedan muchas batallas en el Parlamento Europeo. Cuidado con este matiz pues la letra pequeña, más en materia de leyes, las redacta el diablo. Diablo por cierto que habla alemán, el acuerdo está redactado en base a las necesidades de, por y para Alemania.
En primer lugar hasta principios de 2014 no lo tendremos disponible, precisamente después de las elecciones en el país centroeuropeo. El BCE se encargará de ello. Se creará un comité con todos los países integrantes, pero a la vez habrá un comité reducido, algo en lo que España no debe quedarse sin representación. España necesita, dado que hemos mostrado nuestras miserias, estar en ese comité. Por cierto, es necesario destacar que hasta hasta esta fecha cualquier intervención o ayuda europea se concederá a los estados, no dependerá de la UE. Nuevamente, España llega tarde para esa fecha, nosotros, previsiblemente, habremos saneado nuestro sistema crediticio, eso sí cargando a los contribuyente patrios, vía déficit, el coste del saneamiento que Europa nos concede. Este saneamiento va unido a las exigencias de Bruselas de despidos y reducción de tamaño, Almunia, lo llama reestructuración.
Nuestra banca, el 80-90 por ciento, dependerá de este Mecanismo de Supervisión Único, MSU por sus iniciales. Se dejarán fuera pequeñas entidades, precisamente las que han pasado unas duras pruebas de esfuerzo, “test de stress”, las sanas o muy viables. Serán supervisadas entidades que tengan activos, inversiones y créditos, por un importe superior de 30.000 millones de euros o represente un 20% de la economía de su país. Alemania, país que ha inyectado más dinero a su sistema financiero que nosotros, dejará fuera del MSU bastantes entidades. El sector crediticio alemán está atomizado, como estaba el nuestro. Tiene activos tóxicos, como nosotros, en lugar de ladrillo, inversiones en Grecia o en países en serio peligro de intervención incluso de quiebra. Algunos de sus bancos tienen problemas de solvencia, pero ellos no han tenido que soportar la humillación de los “test de stress”, por el contrario nosotros sí. A partir de ahora el BCE, está pendiente de reglar, tendrá la capacidad de intervenir las entidades, reducirlas e incluso liquidarlas. Imagínense si hemos tenido que soportar las actuales exigencia de Bruselas que ocurrirá a partir de ahora.
El crédito seguirá sin circular
De forma rimbombante se nos dice que de esta forma circulará el crédito, pues miren no. La circulación del crédito parte efectivamente de entidades crediticias saneadas, pero por muy sanas que estén no darán crédito si no hay crecimiento. Los bancos prestan para recuperar su dinero, les preocupa sobremanera la salud del prestamista, salud a futuro no presente o pasada. Cómo se va a reanimar el crédito si no hay crecimiento, si cada vez hay más paro, más estrangulamiento de empresas y familias en el tema de liquidez, eso no se nos aclara. Para mí, insisto, Alemania gana nuevamente.
Miguel A. Bernal Previsionsocial.net