¿Pagamos demasiado por los servicios públicos?

Pagar impuestos es la obligación más odiada por todo el mundo. Sin embargo, uno se resigna porque sabe que ese desembolso le beneficiará. ¿Cómo? A través de servicios públicos.

Por ejemplo, en España, la recaudación fiscal permite a los ciudadanos acceder a la educación, sanidad, jubilaciones, pensiones de viudedad, infraestructuras u otros servicios sociales. Sin embargo, los españoles suspenden esas prestaciones.

La mayoría de los ciudadanos cree que recibe poco en relación con los impuestos que paga, según se desprende del estudio elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF). Más de la mitad de los encuestados cree que el esfuerzo tributario es superior a lo que se recibe a través del presupuesto público. Por eso, piensan que la oferta de los servicios no justifica sus obligaciones fiscales.

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