Muchas veces leemos que las acciones de una aerolínea suben o bajan en función de los mensajes que recibe el mercado frente a situaciones puntuales. En los últimos años, este sector ha sido uno de los más golpeados, con compañías en quiebra, huelgas, reducción de costes, nuevas medidas de seguridad, y la amenaza constante del terrorismo.
Este combo de situaciones ha llevado a muchas empresas a fusionarse con el fin de posicionarse mejor en esta industria, con alianzas estratégicas que le posibiliten sobrevivir, en medio de una crisis fenomenal que ha repercutido en todas las industrias.
Un signo de debilidad en alguna aerolínea es suficiente para que sus acciones caigan en la bolsa, un dato negativo que se conoce en el sector también impacta directamente en sus finanzas, la especulación aflora, y eso se traslada directamente al servicio que prestan.
Años atrás, volar era un placer para quienes no tienen esa fobia, los aeropuertos eran un invitación de bienvenida, limpios, con su aroma particular y su oferta de productos sin impuestos en los “free shops”. Sin embargo todo cambió.
Continuar leyendo en Finanzzas
Imagen – Paco Zafra