Aunque algunas voces han hablado de un veto generalizado a las hortalizas españolas, la realidad es que Rusia ha sido el único país que ha tomado una decisión tan drástica. Bruselas siempre ha defendido que no había motivo para la alarma, mientras que Alemania, Austria y República Checa se han limitado a retirar las partidas de pepinos presuntamente afectadas.
Pasó con la gripe A, las vaca locas o la gripe aviar. Siempre que hay casos de intoxicación alimentaria, el miedo campa a sus anchas y las informaciones catastróficas se multiplican, empujadas por el impacto que tiene para salud.
Sin embargo, el tiempo suele poner las cosas en su sitio y, detrás de estas alarmas, suele haber más ruido que nueces, como está ocurriendo con el pepino español, inicialmente acusado de ser el foco de infecciones por la bacteria E.coli, que ha causado ya la muerte de 16 personas.