Bankia se deshizo ayer de un paquete de créditos impagados por parte de clientes y empresas valorado en 800 millones de euros. Los compradores son dos viejos conocidos de mundo financiero especializado en la recuperación del capital y del cobro en situaciones difíciles, como son el fondo noruego AktivKapital y el luxemburgués Oko Investments. Para los no iniciados, serían algo así como la versión sofisticada de El Cobrador del Frac, pero no a todos les suenan a chino estos nombres.
Para algunos clientes de Bankia, al menos de la antigua Caja Madrid, o Citibank, entre otros, Aktiv Kapital es un desgradable desconocido. A Oko Investments, le conocen bien quienes han tenido cuentas que saldar con Bankinter. A principios de los años 2000 en plena euforia financiera y cuando la crisis ni se adivinaba, también había gente con problemas de impago no sólo con los bancos, también con las compañías telefónicas. Algunos de ellos se enfrentaron a cara de perro con el modus operandi de Aktiv Kapital y Oko Investment y saben de primera mano lo que les espera a los deudores cuyos contratos han sido vendidos ahora.
En primer lugar, que no hay marcha atrás. Los titulares de las hipotecas y créditos que ha vendido Bankia no pueden hacer nada respecto a la decisión del banco de traspasar su deuda impagada a otra entidad. Es muy probable que alguna de esas páginas de letra pequeña que acompañan a la hipoteca esté recogido por escrito. Además debería avisarle personalmente del cambio realizado, pero no más allá de una comunicación informativa. Sí es tan crudo como suena, pero si intenta ir a protestar a Bankia, le dirán que ellos ya no tienen nada que ver con ese tema y que con esa entidad no tiene ninguna deuda.
Adiós a negociar. Si hasta ahora les parecía que Bankia presionaba, en poco tiempo van a ver al banco como una hermanita de la caridad. La actividad de un banco es recoger dinero de los ahorradores y prestarlo en hipotecas o préstamos. Aunque ahora parezca normal, no pagar al banco no suele ser el comportamiento habitual de sus clientes, por eso cuando esta situación se produce la entidad financiera tiende a arreglarla lo más amistosamente posible; aunque sólo sea por no perder clientes futuros.
Lo que ha ocurrido hasta ahora en Bankia, y en el resto de entidades financieras, es que se ha hecho todo lo posible para negociar con los clientes antes de llegar a la situación extrema de quedarse con la propiedad de los inmuebles. Aun así, los balances de la banca están atiborrados de viviendas procedentes de familias que no pudieron hacer frente a los pagos. Aunque no lo parezca embargar y quedarse con el inmueble suele ser la última de las prioridades de un banco.
En cambio, dar facilidades, admitir prórrogas o hablar amistosamente con el deudor no son opciones que tengan en su menú los fondos de gestión de impago. Su «éxito» se basa en cobrar la mayor cantidad de créditos posibles y para ello cuanto antes tengan el inmueble en sus manos y antes puedan revenderlo mucho mejor. El objetivo suele ser conseguir una rentabilidad en torno al 20% en la operación y que esta sea lo más rápida posible.
El margen para el deudor es muy reducido. Depende mucho de la situación financiera y los motivos del impago, la única posibilidad de esquivar sus prácticas es intentar adelantarse y saldar la deuda lo antes posible, apuntan algunos expertos. Claro eso sería posible si al moroso le sobrara el dinero o pudiera conseguir otro crédito para saldar el que actualmente tiene con Bankia, algo que era posible a principios de siglo y antes de la crisis, pero que con el actual panorama financiero español es casi una quimera.
Quienes han sufrido las prácticas de Aktiv Kapital aconsejan estar muy pendientes del correo. Su modus operandi era enviar informaciones a los morosos con tan poca información que muchos ni sabían a qué se refería y meses después, aprovechando que no habían reaccionado les exigían una deuda mucho mayor.
También estaban los que sufrían el acoso telefónico, con comunicaciones diarias para exigir el saldo de la deuda. En su página web, donde intentan ser amables y explicar cuál es su trabajo puede leerse este «amigable» texto: » Cuando en su expediente consta un impago, cabe la posibilidad de que su acreedor deje constancia del mismo en su historial crediticio, siendo incluido en la base de datos de Asnef, Badexcug, etc.»
Otro consejo de abogados: si al final consigue el dinero y puede pagar no permitan que se lo impidan, para ello el ingreso del dinero debe ser visado por un juez. Estos fondos sacan más beneficio revendiendo la dueda que saldándola con el primer acreedor.