Desalentador presente, optimista futuro. Los bancos españoles contaban a 31 de julio con algo más de 627.000 millones de euros en depósito, casi un 10% menos que lo registrado el año anterior. Causas como el consumo del ahorro o el trasvase a otros productos financieros pueden explicar parte de este retroceso, que ha tenido en la caída libre de los tipos de interés su principal culpable.
Este otoño, el fin de las restricciones a los intereses de los depósitos y otros productos de ahorro (lo que se conoce popularmente como Ley Salgado) empujará a muchas entidades, necesitadas de imperiosa liquidez, a ofrecer productos novedosos pero, sobre todo, atractivos para el gran público. Es decir, que se prevé una nueva guerra del pasivo, que ya vivió hace un par de año unos episodios cruentos de los que los principales beneficiados fueron los ahorradores.
Pero, ¿en qué consistía exactamente la Ley Salgado? En el fondo, no se trataba más que de una penalización que existía sobre estos productos, que obligaba a los bancos a aumentar su aportación al Fondo de Garantía de Depósitos si el interés que ofrecían superaba la media del mercado. De lo que se trataba era de incentivar la inversión en la renta variable en un momento de desconfianza máxima hacia las Bolsas por culpa de la crisis.
Qué podemos encontrar
Prácticamente ninguna entidad renunciará a intentar captar dinero nuevo debido a los acuciantes problemas de liquidez por los que atraviesan la mayor parte de bancos y cajas en España. De hecho, los primeros movimientos no han dado una mínima tregua de un par de semana, sino que han cogido como lema aquello de que quien golpea primero da dos veces.
Es el caso de, por ejemplo, el Banco Popular con su depósito a 6 meses y al 4,50%, y con la mejora de rentabilidad de su Depósito Gasol hasta el 4,25%. En paralelo, iBanesto ha reforzado la rentabilidad de su Depósito Azul, mientras Bankinter parece apostarlo todo por su depósito a seis meses y al 4,25%.
En las próximas semanas se espera los movimientos de los teóricamente más grandes, con Santander y BBVA a la cabeza, seguidos de Sabadell y Bankia, que parece abocada a ofrecer productos realmente atractivos y captar así parte del dinero que tanto necesita. Los rumores apuntan a tipos de interés que superen incluso el 5%, tratando de recuperar el terreno que aprovecharon el año pasado entidades extranjeras que no se vieron afectadas por la Ley Salgado como Banco Espirito Santo.
Menos plazo y más rentabilidad
Decir que los ahorradores desconfían actualmente de los mercados parece una obviedad. La descomunal crisis económica que parece afectar a Europa, unida al estallido de varias burbujas en los últimos tiempos, incluida la financiera, ha hecho que los inversores sólo apuesten por depósitos que les permiten volver a disponer de su dinero en poco tiempo.
Por ello, se está produciendo un hecho insólito en las entidades financieras: comercializan productos que ofrecen más rentabilidad en depósitos a 6 y 12 meses que en los que son a 1 o 3 meses. En el extremo opuesto, los depósito a largo plazo (más de un año) también parecen abocados a vivir sus horas más bajas, sin apenas novedades y sin que ninguna entidad parezca querer tocar sus tipos, procurando dedicar sus esfuerzos hacia otros horizontes
Clases de depósitos
Podemos dividir la tipología de depósitos en dos:
A la vista. La entidad financiera tiene la obligación de devolver los fondos, parcial o totalmente, depositados por el cliente cuando este lo desee.
A plazo. El depositario debe esperar un determinado periodo de tiempo previamente pactado para recuperar los fondos confiados a la entidad financiera.
Cuenta corriente y libreta de ahorros también son considerados a efectos fiscales como depósitos.
Fiscalidad
Como norma general, gozan de una retención sobre beneficios del 18%. En base a la última reforma financiera aprobada por el Gobierno, también se grava ahora los depósitos a corto plazo, que, como invertían en letras y deuda del Estado, no contaban hasta ahora con retención alguna.
Sobre el resto de posibles gastos y comisiones entre cliente y entidad financiera, estas son previa y libremente pactadas entre ambos a la apertura del depósito.
Características
Liquidez. El cliente puede retirar el dinero que previamente ha depositado en cualquier momento.
Seguridad. Estas operaciones están sometidas a la vigilancia permanente del Banco de España. Existe, además, un Fondo de Garantía de Depósitos que cubre hasta 100.000 euros por persona y depósito.
Sencillez. Frente a otros productos de inversión o instrumentos financieros el depósito bancario ofrece el número mínimo de requisitos de formalización.