Un artículo de The Wall Street Journal, resume los cambios en sus elecciones que han hecho los pequeños inversionistas en Estados Unidos en los últimos años.
Así, los pequeños inversionistas apostaron fuerte por las acciones, en la década de 1990 cuando éstas subieron de forma notable, pero la confianza en este tipo de inversión empezó a colapsar a partir de la debacle de las acciones tecnológicas y los escándalos de Enron y WorldCom de 2000-2002. Situación que se profundizó con la crisis financiera de 2007-2009.
En los años 90, los inversionistas individuales eran importantes pilares del mercado financiero, pero el cambio en sus cartera ha modifcado el mercado. Al volcar dinero a los fondos mutuos, los pequeños inversionistas ayudaron a impulsar el precio de las acciones en los años 90 y en menor medida de 2003 a 2006. Ahora vuelven a sacar dinero, lo que los convierte en una carga para el mercado.
Los pequeños inversionistas vuelven a comportarse de acuerdo a la filosofía de cautela que desarrollaron durante la década de los 70. Ese fue el último período prolongado de debilidad bursátil, tras el cual a mucha gente le llevó diez años o más recuperar la confianza en las acciones.
Y si bien las acciones han logrado recuperar en parte su valor en el último año, los inversionistas comunes y corrientes no vuelven al mercado, quedando éste en manos de profesionales.
Si bien hubo un repunte importante de estos inversores, tentados por los valores durante el súbito auge de 70% que arrancó en marzo de 2009 y duró hasta abril, los datos de fondos de inversión determinan que volvieron a alejarse de las acciones.
En 2002, los inversionistas retiraron más dinero de fondos mutuos que invierten en acciones estadounidenses, que el que colocaron. Entre 2007 y 2009,hubo un fuerte retiro de dinero durante tres años consecutivos. Eso marcó el primer período de tres años de retiros desde 1979-1981, según el Investment Company Institute (ICI por sus siglas en inglés), un grupo de la industria de fondos mutuos.
Este año, los fondos de acciones estadounidenses recibieron entradas netas en enero, marzo y abril, pero los retiros se reanudaron en mayo.
Para los analistas, los inversionistas viven una desilusión creciente con las grandes instituciones, incluyendo empresas, gobiernos, bancos y partidos políticos, así como temores sobre la pesada deuda del país.
La incertidumbre por el valor de las acciones reapareció en mayo, con el flash crash del día 6, cuando el Promedio Industrial Dow Jones cayó 700 puntos en ocho minutos antes de repuntar, es una señal de que los pequeños inversionistas están cada vez más a merced de empresas anónimas que realizan sus operaciones de corretaje con poderosas computadoras.
La historia indica que siempre vuelven a volcarse por las acciones tradicionales, tal como sucedió cuando luego de salir perdiendo tras el estallido de la burbuja tecnológica en 2000, los inversionistas regresaron a los fondos de acciones estadounidenses en 2003, cuando las acciones inauguraron un nuevo mercado alcista. Pero las compras resultaron ser tibias y se convirtieron en ventas netas en el último trecho de 2006, incluso antes de que concluyera el mercado alcista en 2007.
A pesar de lapsos ocasionales de flujos que ingresaron a los fondos de acciones estadounidenses, la tendencia a la venta continúa desde entonces. Los inversionistas retiraron un neto de US$7.000 millones de los fondos de inversión en los siete días que terminaron el 12 de mayo y US$13.000 millones dos semanas después, lo que eclipsó los depósitos realizados en los meses previos.
Será difícil convencer a los pequeños inversionistas, quedan pocos argumentos a favor, como que estas inversiones tienen un rendimiento superior al resto, parece poco importar ello, muchos prefieren una rentabilidad menor, pero saber que el capital está seguro.