Obviamente con la tecnología ocurre que, desde la perspectiva del usuario, cuanto más rápido avance y mejores prestaciones a nivel usuario nos proporcione, mejor nos parecerá. Sin embargo esta velocidad de superación, que por ejemplo aplicada a los dispositivos móviles en los últimos años ha generado un panorama prácticamente impensable en tan sólo un lustro, tiene mucho también de ingrata con sus propios productos. En muchos casos esta ingratitud puede pasar más o menos desapercibida en medio de una escalada de evolución constante, sin embargo, lo que parece el preludio de la muerte de iPod, desde luego no debe pasar desapercibido.
Para aquellos que no lo recuerden, o, los que engullidos por la vorágine evolutiva de los dispositivos móviles y el panorama de utilidades que éstos han abierto, han perdido la perspectiva, deberíamos situar en su justa medida la importancia que para Apple tuvo iPod.
Por hacernos una idea, el juguetito (como algunos lo llamaban) del desaparecido Jobs que se lanzaba a comienzos del presente siglo y se universalizaba allá por los años 2004 y 2005 gracias a la ampliación de capacidad de conexión a todo tipo de SO en ordenadores, acumula una cifra superior a 350 millones de unidades vendidas, convirtiéndose en los años dulces de su comercialización, en nada menos que prácticamente la mitad de los ingresos de Apple.
Sin embargo, los datos de los últimos años marcaban un descenso constante en la venta de unidades de este reproductor versátil, acumulación de descensos que, culminan, con los últimos datos en los que se viene indicar que las ventas han caído ya nada menos que un 32% con respecto al pasado año, acumulando en el último trimestre únicamente unas ventas de 4,5 millones de unidades, desde luego muy lejanas a las cifras millonarias que hemos citado anteriormente, y proporcionando para la compañía unos ingresos que escasamente alcanzan el 2% del conjunto de ingresos totales; como vemos también muy lejanos a los que llegaron a suponer.
Todo apunta, a que, lentamente pero de manera inexorable, comienza un proceso de muerte anunciada del dispositivo que en su momento fue responsable de la reactivación de la compañía. Obviamente en el origen de esta situación se encuentran dos cuestiones incontestables, por un lado, la evolución de los dispositivos móviles que a fecha de hoy son capaces de proporcionar servicios combinados entre los que también se incluyen por supuesto los de reproducción y compra de música, y por otro lado, por supuesto, lo que vino a desarrollarse como una competencia feroz en el tiempo, que acabó chocando de plano con la política habitual de precios de Apple.
Imagen: ewn and donabel flickr creative commons