Lo ha hecho a costa de comprar un testimonial 0,13% en Iberdrola y de lanzar una OPA por la alemana Hochtief que apenas tiene interés para los inversores.
A ojos de los grandes inversores internacionales, ACS es hoy la constructora española que va a crear un gigante mundial de la construcción tras lanzar una OPA a Hochtief. Y también el grupo que sigue metiendo presión a Iberdrola con nuevas compras de acciones. Eso dicen los titulares, que colocan a ACS como el grupo más dinámico, el más agresivo y el más potente del momento.
No hay mejor tarjeta de presentación a la hora de pujar en los grandes concursos internacionales en plena contracción de la obra pública en España.
“Desde el punto de vista del marketing, la estrategia de Florentino es perfecta. Da imagen de músculo financiero y, sobre todo, de líder capaz de poner al frente del sector en Europa. Eso es lo mismo que ganar muchos puntos a la hora licitar en los concursos”, asegura un experto en marketing que prefiere no ser citado.
Pero una cosa es el ruido y otra bien distinta la realidad, al menos de momento. La ofensiva por Hochtief es una buena operación… pero sólo para Florentino Pérez. Crearía un líder y reduciría drásticamente su ratio de deuda y su dependencia del mercado español.
Sacar adelante la OPA permitiría al también presidente del Real Madrid conseguir por fin la foto contable que tanto desea y, por extensión, la financiación que hoy le niegan los mercados. De momento, ha tenido que guardar en el cajón sus tan anheladas emisiones de bonos.
Otra cosa bien distinta es que la operación, en los términos actuales, sea buena para los accionistas del grupo alemán. La OPA sólo permite el pago en acciones, no incluye prima –es decir, una mejora respecto al precio de mercado- y tiene como objetivo número uno permitir a ACS en un futuro seguir comprando acciones del grupo alemán desde el 30% actual desbloqueando sus actuales limitaciones.
¿Comó? Lanzando esta OPA por la totalidad, tal y como exige la legislación alemana. Una vez hecha, e independientemente de su resultado, ACS ya puede ir escalando posiciones sin obstáculos cuando el mercado y la caja lo permitan.
Para la mayoría, la oferta es decepcionante. En su edición europea, The Wall Street Journal destaca las opiniones de analistas que aseguran que la oferta de ACS no se ajusta siquiera al valor de Leighton, la filial australiana de Hochtief, que por sí sola valdría 60 euros siempre según la valoración de los expertos. Por su parte, el consejero delegado de la alemana considera que la operación “no presenta valor ni para la compañía ni para los accionistas”.
Vendedor nato
En Iberdrola, toda la ofensiva de Pérez este año se reduce a la compra de un 0,13% del capital -apenas 40 millones de euros a precio de bolsa- que le ha permitido ofrecer al mercado la imagen de un comprador que no levanta el pie del acelerador en su batalla (más en los juzgados y en los medios de comunicación que en el parqué) con el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán.
El caso es que ACS es, a la espera de que se concrete la OPA sobre Hochtief y la presunta ofensiva sobre Iberdrola, un vendedor nato en 2010. La primera semana de agosto cerró la venta de su división de puertos por 720 millones de euros y unos días después el 15,5% de Abertis por otros 1.720 millones. Con una operación de márketing de primer nivel, el también presidente del Real Madrid no ha permitido que la realidad le estropee los titulares más bonitos del año para una constructora.