España es el caso paradigmático de la compra de vivienda en Europa desde los años 60. La cultura de la compra se ha asentado tanto, que en el año 2000 por cada casa que se alquilaba se compraban más de nueve. Pero al comenzar el siglo XXI, después de una explotación nunca vista del ladrillo y el suelo, España comenzó a cambiar su tendencia.
Pero para entender la mentalidad española sobre la vivienda tenemos que mirar varias décadas atrás. En los años sesenta el régimen franquista permanecía hermético frente a la recién liberada Europa. La escasez de recursos en el campo provocó el éxodo rural (de los pueblos a la ciudad) pero una vez en las urbes las condiciones no eran las esperadas.
Las posibilidades laborales eran pocas y malas, pero las instituciones no podían permitir que la gente volviese al campo (no era económicamente rentable). La solución era fácil explica Fermín Álvarez, sociólogo y jefe de programas de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) de Madrid.
Los recién llegados a las ciudades necesitaban algo a lo que agarrarse, ¿qué mejor que un hogar? A partir de entonces, las iniciativas para motivar la compra de viviendas se convirtieron en una prioridad.
El ladrillo pasó a ser entonces motor de la economía española, la llave de contacto se había girado y seguiría así hasta que la situación fuese insostenible. Las décadas siguientes fueron una sucesión de pelotazos y especulaciones de todo tipo, según Álvarez.
En 2008 la burbuja inmobiliaria explotó y la crisis financiera posterior no ha ayudado a recuperar la situación. Con los precios de la vivienda todavía disparados, la gente empezó a alquilar en 2007 y 2008 de forma más paloable. Fermín Álvarez cree que hace falta un cambio de mentalidad, y que está aún por llegar.
¿Cambio de mentalidad?
“Ya algunos jóvenes no tienen en mente comprar un piso, pero aunque quisieran no podrían hacerlo” dice el sociólogo. Con más de veinte años de experiencia en el mercado del ladrillo español Álvarez cree que las nuevas generaciones no están interesadas en meterse en hipotecas. Prefieren sacrificar la propiedad por la movilidad.
Según datos de Eurostat, en el año 2000 los porcentajes de compra frente a alquiler eran de 92 a 8, en 2009 el tanteo es de 83 por ciento de compra frente a un 17 de arrendamiento. Al otro lado de la lista está Alemania, con el mayor nivel de vivienda alquilada: más del 44 por ciento de los hogares. A sólo dos puntos está Austria, dónde todas las viviendas son del Estado. El proteccionismo austriaco es el modelo a seguir para Álvarez, ya que permite mantener unos precios bajos para el alquiler.
Pero para el Jefe de estudios de idealista.com, Fernando Encinar, ningún extremo es bueno. Cree que a diferencia de otros países europeos, los españoles “tenemos algo en el ADN que nos da un apetito insaciable por comprar casas”. «La situación actual de la vivienda es disparatada, pero algo tiene que cambiar” de modo que podamos continuar comprando vivienda como hasta ahora.
Europa es otra historia
Si tenemos en cuenta a los 27 países de la UE, España sube seis posiciones en el ranking de los países que menos alquilan, pero algo más llamativo sale a la luz. Rumanía se coloca a la cabeza con un espectacular 96,5 por ciento de viviendas compradas y seguida muy de cerca por Lituania, con menos de un 9 por ciento de vivienda arrendada.
El eje de los países que más compran vivienda se mantiene claramente en el Este. Son ocho los estados que superan el 80 por ciento de compra (o que no superan el 20 de alquiler): Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Lituania, Letonia, Estonia, Bulgaria y España.
No existe ninguna relación en las situaciones del ladrillo en estos países. «El caso español es único» asegura Fermín Álvarez. El caso de los países del Este está vinculado a la caída del comunismo. «En aquel momento los Gobiernos se querían deshacer de las casas y los ciudadanos estaban deseando tener propiedades».
Dos bolas de cristal
“A partir de ahora será casi imposible comprar vivienda” asegura Fermín Álvarez. Explica que aunque los precios han caído un 40% desde 2008, no es suficiente para compensar la gigante subida de los años anteriores. Sin embargo, no cree que los precios vayan a bajar más.
Según los dos expertos la inversión para comprar una vivienda es ahora mismo inalcanzable. El sociólogo piensa que nadie moverá un dedo y que comenzamos una larga época de alquiler. Encinar da otro punto de vista: “la situación de la vivienda en España es un puro disparate y aunque algunos digan lo contrario, la vivienda no ha tocado suelo». «Los precios tienen que bajar mucho, deberían darse algunas bajadas significativas” sentencia Fernando Encinar.
No se venderán casas «hasta que los propietarios se den cuenta de que si no bajan los precios, nunca venderán» dice Encinar. Si esta predicción se cumple y bajan los precios, no se cumplirá la previsión de Álvarez: “serán los ricos los que compren las casas y los que alquilen las viviendas a los demás”.