En los últimos años mucho se ha hablado de conceptos como el emprendimiento, el emprendedor o las start-ups. Aunque se trata de ideas relacionadas directamente con la creatividad y la ilusión, desarrollarlas no siempre es fácil. Todas ellas confluyen en un mismo punto: la creación y construcción de un proyecto empresarial de futuro. Este proceso comienza con una idea que encaja en un nicho de mercado concreto, un elemento relativamente abstracto, que precede a su puesta en marcha. Aquí entrarán en juego todo un abanico de elementos a tener en cuenta como son la financiación o la plantilla con la que contaremos. Así, otras cuestiones de índole práctica como encontrar un local o saber cómo calcular una nómina paso a paso serán pequeños retos a los que tendremos que aprender a enfrentarnos.
Al principio, sobre todo si no estamos acostumbrados, puede parecernos una tarea ardua y tediosa, pero veremos cómo, paulatinamente, dominaremos esta serie de labores tan necesarias en cualquier negocio. Será además un conocimiento al que sacaremos partido tanto en el presente como en el futuro. Por ello, a continuación, detallamos distintos puntos esenciales en la creación de cualquier proyecto innovador:
- Gestión del día a día: aunque parece algo evidente, dedicar tiempo, a producir y a organizar la documentación de nuestro proyecto es de o más necesario. Con ello nos referimos a documentación administrativa, documentación relacionada con convocatorias de subvenciones, archivos, etc. Es conveniente actualizar al menos semanalmente nuestra base de datos y, en caso de disponer de los servicios de un asesor, estar en contacto con él en todo momento. La acumulación de trabajo en este sentido puede acarrear problemas muy graves que afectarán no solo a la propia producción, sino que además pueden amenazar la administración general de la empresa.
- Redes de trabajo: son esenciales para poder desarrollar el trabajo. Estas redes se tejen desde el comienzo y deben irse fortaleciendo con el tiempo, siempre con miras a ampliarlas. No solo se trata de hacer contactos, sino además de tratar de movilizarlos y sacarles partido: tanto en posibles proyectos futuros como en darnos a conocer.
- Organigrama detallado: conforme nuestra empresa se va consolidando, la creación de un esquema organizativo es esencial. En él no solo debemos incluir las personas que conforman el equipo de trabajo, sino que además será necesario precisar qué puesto ocupan y, si puede ser, cuáles son las funcionen y competencias que poseen. Este organigrama será de utilidad a los propios socios de la empresa como a los trabajadores.
- Estrategias comunicativas: están son una herramienta indispensable hoy en día y pueden materializarse en múltiples formatos. En el caso de las empresas, es indispensable contar con una página web o plataforma en la que demos a conocer al menos: quienes somos, qué servicios ofrecemos y cómo contratarlos. Otra vía muy desarrollada en los últimos años son las redes sociales: un espacio de conexión directa con nuestra ya establecida como con los potenciales usuarios. Una tercera línea de actuación está directamente relacionada con los medios de comunicación: conocerlos y estar en contacto con ellos puede ayudarnos a darnos a conocer, pudiendo así ejercer de puente entre nuestra empresa y el público.