Dos veces al año toda Europa cambia la hora. En octubre se atrasa una hora en reloj y el último fin de semana de marzo se adelante. ¿Realmente es rentable hacerlo?
A fuerza de repetirlo, nos hemos acostumbrado a cambiar la hora dos veces al año para adoptar el horario de inverno o de primera/verano según toque. Sin embargo, el cambio de hora es algo relativamente nuevo que no empezó a generalizarse hasta 1974, como consecuencia de la primera crisis del petróleo.
El objetivo de estos horarios de verano y de invierno es el de aprovechar mejor la luz solar natural para reducir el consumo energético. De hecho, se supone que gracias a él se evita el gasto de millones de euros, no tanto en las propias familias, sino en las empresas del sector terciario y del sector industrial.
En el caso de la Unión Europea, el cambio de horario es generalizado y está regido por la a Directiva Comunitaria 2000/84/CE, aunque la realidad es que la directiva se aplica desde 1981 y hasta 2001 se venía renovando cada cuatro años. Desde entonces su aplicación se ha hecho indefinida.
El cambio de horario de verano
El cambio de hora para adaptarse al horario de verano y primavera tiene lugar el último fin de semana de marzo, que este año coincide con el final de las vacaciones de Semana Santa.
Durante el mismo perderemos una hora de sueño, ya que a las dos de la mañana adelantaremos el reloj hasta las tres. El cambio efectivo se llevará a cabo en la madrugada del sábado 26 de marzo al domingo 27 de marzo.
El cambio al horario de invierno
El nuevo cambio de hora para adaptarse al calendario de invierno se lleva a cabo el último domingo de octubre y durante el mismo retrasaremos una hora los relojes para dejarlos como antes.
En 2016 este cambio tendrá lugar en la madrugada del sábado 29 de octubre al domingo 30 de octubre. Ese día atrasaremos los relojes de forma que a las tres de mañana volverán a ser las dos de la madrugada.
¿De verdad se ahorra con el cambio horario?
El ahorro es el motivo para llevar a cabo el cambio horario. Un estudio que realizó la Comisión Europea, concluye que el cambio horario es beneficioso para todos y se reduce el gasto en transporte, comunicaciones, seguridad vial, sanidad, turismo y ocio. El potencial de ahorro que se estima es del 5%, esto supone un ahorro de unos 300 millones de euros, 90 de ellos el equivalente al ahorro de las familias.
Dobles ventanas, aislamiento, termostatos en la calefacción, apagar la calefacción o ventilar la casa pueden ahorrar entre un 5 y un 10% de energía. Parecen cosas simples, pero que sumadas puede ahorrarnos muchos euros a lo largo del año. Mucha gente se queja de llegar de noche a trabajar, algo que puede hacernos el trabajo más difícil, o cosas semejantes, pero mirándolo desde otro punto de vista, aprovechamos más y mejor las horas con luz.
La industria y el sector terciario capitalizan el ahorro proyectado por
el Instituto para la Divesificación y Ahorro de Energía (IDAE). Y es que los cambios horarios les permiten ahorrar 210 millones de euros por los apenas 90 que dejarán de gastar las familias.
Los cambios horarios en España
Desde la entrada en la Unión Europea España acató los cambios horarios, pero no siempre los ha aplicado. De hecho, la mera cuestión horaria es algo peliagudo en el caso español. Encuadrado en la zona horaria portuguesa y británica, en su momento se optó por cambiar la hora para adaptarse al horario europeo, lo que a efectos prácticos supone adelantar una hora el calendario que nos correspondería por zona horaria.
Y es que hasta 1901 la hora oficial de España era la regida por el Meridiano de Madrid, situado en 3º 41′ Oeste y a partir de ahí cada provincia tenía su hora local en función de su meridiano o longitud local. A las 0 horas del 1 de enero de 1901 se adoptó la hora de Greenwich como Merdiano 0º o GMT 0h, como se conoce. Esto permitía igualar la hora local con el tiempo universal coordinado o UTC por sus siglas anglosajonas.
El 15 de abril de 1918 se introduce por primera vez el horario de verano, conocido como Daily Saving Time y que básicamente adelanta una hora el horario hasta UTC +1.
Varios años más tarde España adopta definitivamente el horario de verano de manera permanente. El 16 de marzo de 1940 a las 23 horas se establece el horario GMT +1 UTC +1 como el horario normal en España. A efectos prácticos esto supone que en verano funcionamos dos horas por delante del horario que en realidad nos correspondería.
Como ya hemos indicado, en 1981 se establecen los horarios de verano e invierno en toda Europa. El horario de verano comenzaría el último domingo de marzo a las 2 horas de la madrugada y finalizaría el último domingo de septiembre a las 3 horas de la madrugada. No fue hasta 1996 cuando se dedujo que el cambio horario se trasladaba a octubre.
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