Desde su origen en la Guerra Fría, la Teoría de Juegos a evolucionado para ayudarnos a elegir la estrategia optima en la mayoría de ámbitos de nuestro día a día.
El ser humano no se distingue del resto del reino animal por su sociabilidad, ya que ésta es común en la mayoría de especies, pero sí posee un elemento diferenciador; la toma de decisiones racionales. Este raciocinio viene inevitablemente marcado por diferentes interactuaciones; desde nuestros conocimientos a nuestra experiencia.
Los juegos también son estructuras de relación social, estructuras que n estas relaciones, en las que se produce interacción entre dos o más personas, aparte de tener en cuenta nuestra propia estrategia, tenemos que prever la estrategia de los oponentes. Esta capacidad de anticiparnos a la estrategia del otro es un elemento común en todos los juegos, desde el fútbol a los naipes pasando por la inversión bursátil, entendida en su aspecto de juego.
Tal es así, que la llamada Teoría de los Juegos, refiriéndose a ese espacio de decisión en que tenemos en cuenta la nuestra y proyectamos la de los contrarios, se ha venido aplicando a distintos campos de la vida diaria. La teoría de los juegos tiene origen militar, nos guste o no, siempre al frente de muchas innovaciones (Internet es un claro ejemplo). Basándose principalmente en los estudios del matemático John Von Neumann, el denominado Proyecto Manhattan analizaba todas esas interacciones a la hora de perfilar el posicionamiento nuclear de un país frente a las posibles acciones de un contrario. Modelos matemáticos utilizados durante la II Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría, y por supuesto en todas las guerras modernas.
Por fortuna, hoy en día, la Teoría de los Juegos se aplica en diversos órdenes de investigación más provechosos para el ser humano, desde la psicología a la biología de las especies y su selección natural, o la filosofía. Y cómo no, a la economía, rama del conocimiento al que afectan numerosísimos factores exógenos relacionados con el comportamiento individual.
El estudio y análisis de duopolios, oligopolios, estructuras de redes sociales y las diferentes estrategias frente a cada una de esas estructuras están basadas en la aplicación de la teoría que desarrolló el también matemático John Forbes Nash (Le recordaréis por ser el protagonista de la película “Una mente maravillosa”) y que sin ser economista ganó el Premio Nobel de economía en 1994.
¿Podemos concluir que todo en esta vida es juego? Posiblemente no en cuanto a su sentido lúdico, pero sí en relación a nuestras decisiones, que tomamos a cada minuto y en las que debemos tener en cuenta a nuestro interlocutor, ya sea éste parte contraria o asociada (el dilema del prisionero, que trataremos en otra ocasión).
Así, ya seamos inversores bursátiles o participemos en un juego online basado en la información financiera, como los propuestos por BrokerStars.com, tengamos en cuenta que nuestras reacciones y las del resto de jugadores condicionan los resultados.