Sin lugar a dudas, 2009-2010, han sido los años de una crisis histórica. Allí se vieron reflejados datos precisos como un Euribor en mínimos históricos, una morosidad galopante, una tasa de paro record. Sin embargo otro de los datos para comentar ha sido el descenso en el precio de la vivienda.
Con semejante cantidad de viviendas, esto debería traducirse en un inmediato crecimiento en la colocación de los inmuebles en un mercado saturado de pisos. Sin embargo, ha sido difícil la colocación de semejante stock, por la difícil situación económica que vive España.
Sin embargo, el común denominador para ubicar las viviendas ha sido la tendencia a los descuentos que han llegado en algunos casos, hasta el 50%. Sin rebajas, no hay ventas, y esto lo han puesto en marcha tanto los propietarios particulares de primera y segunda mano, como también las entidades financieras, a través de los portales inmobiliarios que han conformado para colocar el stock.
A esta situación debieron, no solo rebajar los precios, sino que ha sido necesaria una política de financiación que le permita a los compradores, poder hacer frente a esta situación. La banca ofrece hipotecas con diferenciales bajos, aunque con una elevada vinculación, pero con la posibilidad de conseguir hasta cubrir hasta el 100% del valor de la vivienda.
A pesar de que los precios han bajado considerablemente, muchos especialistas sostienen que no ha sido suficiente, y que debería seguir su cuesta abajo, pero difícil es de predecir si esto sucederá, cuando la inestabilidad económica continúa, y se observa escasa posibilidad de ver la luz al final del tunel.