En estos tiempos de crisis que atravesamos, controlar el dinero que gastamos es esencial para mantenernos libres de deudas y poder afrontar las adversidades con mayor confianza y comodidad. Pero aunque moderemos nuestros gastos, siempre hay imprevistos que pueden alterar nuestro presupuesto y no siempre tenemos efectivo para afrontarlos. Por ello, la mejor forma de poder salir airosos de estas situaciones difíciles es utilizar una tarjeta de crédito o una tarjeta de servicios.
¿Qué diferencia hay entre una tarjeta de crédito y una tarjeta de servicios?
Las tarjetas de crédito son las más conocidas, muchos bancos ofrecen a sus clientes estas tarjetas y se caracterizan por dos cualidades. La primera es su techo de gasto, que limita la cantidad de dinero que podemos utilizar, lo que sirve para no sobrecargar nuestra factura. La segunda característica es su bajo interés bancario, comparado con las tarjetas de servicios. Con dichas características tenemos que las tarjetas de crédito nos sirven para pequeños gastos no previstos y apenas dañan nuestro presupuesto a largo plazo.
Las tarjetas de servicios, en cambio, carecen de límite y pueden ser utilizadas para cualquier gasto, pero debemos hacer frente al gasto antes del día límite, ya que en caso contrario deberemos pagar unos altos intereses. Las entidades con tarjetas de servicios utilizan nuestros últimos movimientos y otros datos recopilados para aprobar las transacciones, para evitar prácticas deshonestas.
¿Cómo podemos elegir la mejor tarjeta?
El mercado está repleto de tarjetas de crédito y de tarjetas de servicios, muchas son conocidas como: Visa, Master Card o American Express, otras son productos de algunos bancos o cajas de ahorro. Entre tanta competencia salen a relucir las diferencias entre unas y otras, tanto en las características esenciales, límite de gasto e intereses bancarios, como en las cualidades adicionales.
El límite de gasto de las tarjetas que proporcionan los bancos suele ser reducido, para evitar que se creen grandes descompensaciones en las cuentas. Otras como American Express utilizan un límite autoimpuesto y variable, en función de la demora en los pagos, los últimos movimientos y otros datos de interés, además tienen acuerdo con las principales compañías de transporte para ofrecer ventajas en las tarjetas de viaje, como por ejemplo la tarjeta Gold American Express que añade puntos a los miembros Renfe Tempo para viajar en el AVE con grandes descuentos y la mayor comodidad.