No es una promesa de futuro. Es presente. Las insurtech españolas ya facturan más de 100 millones de euros al año y están cerca de alcanzar los 1.000 empleos directos. Y lo más curioso: lo hacen sin ser aseguradoras tradicionales, sin oficinas de mármol ni largas llamadas de atención al cliente. Esta nueva generación está cambiando el seguro desde dentro, con datos, tecnología y modelos que, hace cinco años, no estaban ni en el radar.
En total se han identificado unas 250 empresas activas, aunque si afinamos, solo unas 65 pueden considerarse 100% insurtech. Y aun así, el sector no deja de crecer, de atraer inversión y de crear empleo cualificado. Madrid y Barcelona siguen liderando, pero lo interesante es que cada vez más ciudades se suman a esta ola que mezcla seguros, software y agilidad.
La facturación no se ha resentido pese al entorno económico. Tampoco la ambición. Algunas de estas compañías apenas tienen 10 o 15 trabajadores, pero mueven 1,5 millones al año y operan ya fuera de España. Y eso, para una startup, es mucho decir.
Madrid toma la delantera mientras otras ciudades se asoman
La capital ha pasado por delante de Barcelona. No solo en número de compañías, también en empleo generado y volumen de inversión. Madrid suma ya 23 insurtech activas, más de 500 trabajadores y cerca de 30 millones en capital captado. Barcelona, aunque sigue fuerte, se queda con 13 empresas, unos 139 trabajadores y algo menos de 20 millones invertidos.
Lo llamativo es que también ciudades como Málaga o Valencia empiezan a asomar la cabeza, aunque aún con pocos proyectos. El interés está ahí, pero la inversión ha bajado mucho respecto al año pasado. El talento digital no se concentra tanto, y eso lo notan.
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