La inversión responsable socialmente paga sus dividendos en el largo plazo. Los mercados solo entienden de dinero y de rentabilidad, no entienden de derechos humanos, de responsabilidad social, de buenas prácticas corporativas. Pero incluso en este entorno financiero, la estadística nos muestra que invertir en empresas socialmente responsables ofrece una mayor seguridad en el largo plazo.
En muchos casos la responsabilidad social es cara en el corto plazo. Es mucho mas eficiente producir sin tener en cuenta muchas de las recomendaciones para minimizar el impacto ambiental. Pero en el largo plazo las empresas que son irresponsables socialmente pueden volver a la sociedad en su contra y esto supone un riesgo muy relevante. Las empresas que no practican buenas prácticas corporativas tienen un mayor riesgo de poder tener problemas en el futuro. Hay indices como el FTSE4Good Index Series donde solo cotizan empresas socialmente responsables.
Mediaset, empresa a la que pertenece Telecinco sufrió hace unos años el caso La Noria que tuvo un fuerte impacto en los resultados de 2011. El morbo puede ser tremendamente rentable para una cadena de televisión como Telecinco que ha demostrado no tener ninguna limitación a la hora de seleccionar su contenido. Escondiéndose detrás de la libertad de expresión esta cadena no tuvo ningún reparo en traer a la Madre del Cuco, uno de los asesinos de Marta del Castillo a la que llego a pagar la cifra de 9.000 euros para conseguir su presencia. Algo que permitió tener a Telecinco una importante audiencia, pero que en los posteriores meses supuso la retirada de todos sus anunciantes y el cierre del programa. Un retirada que se produjo por la presión de muchas a través de redes sociales a raiz un articulo publicado por Pablo Herreros.
La cotización de Mediaset no ha conseguido superar los precios del día en que se emitió ese programa. El día 28 de Octubre de 2011, la empresa llego a cotizar en 5 Euros. Lo que probablemente llegara a ser uno de los programas mas visto ocasionó que la cotización de la empresa cayera durante la siguientes semanas sufriendo un fuerte castigo. El día que se confirmo que todos los anunciantes de La Noria la abandonaban la acción cotizaba cerraba en los 4,13 Euros un 17% de caida. Cuando el programa finalmente dejo de emitirse el 25 de Abril de 2012 la acción llego a cotizar en 3,38 lo que suponía un 32% de caida.
Una decisión considerada por un gran cantidad de personas socialmente irresponsable y que permitió al programa tener una gran audiencia, finalmente genero una gran crisis para la empresa y una perdida de ingresos en uno de sus principales programas.
Mediaset ha reabierto uno de los casos que mas daño le han hecho denunciando a Pablo Herreros. No hay que olvidar que mas allá de articulo que desarrollo todo este movimiento que realizó Pablo Herreros, el verdadero motivo de la acción de las marcas fue el gran apoyo recibido en redes sociales a esta iniciativa. De alguna manera con esta denuncia, Mediaset ataca de nuevo no solo a Pablo sino a todo ese movimiento que le brindo todo su apoyo que entiende esta denuncia como contra ellos.
La red ha vuelto a tener una respuesta similar y una de las primeras consecuencias ha sido la decisión de Trivago de suprimir sus anuncios en esta cadena. Esta decisión puede abrir de nuevo una cadena de anunciantes que deciden dejar de anunciarse en Telecinco.
La inversión en empresas que toman decisiones socialmente irresponsables puede tener un importante riesgo. Veremos como acaba esta nueva polémica en la que acaba de entrar telecinco. Es posible que la acción vuelva a sufrir de nuevo este tipo de decisiones.
Queremos y exigimos una televisión culta y seria; porque seria no es sinónimo de aburrida. Que sea fuente, no desagüe. No nos merecemos esta televisión. Telemierda, no Gracias.
También exigimos que respeten el HORARIO INFANTIL. La telemierda no en horario infantil. Los niños tienen sus derechos.
Como en cualquier país del mundo, se necesita un centro regulador que supervise todo lo que va en contra de la decencia y del bien.
Millones de personas respaldamos en España a Pablo Herreros. En mi caso con conocimiento de causa: Telecinco me grabó con cámaras ocultas en mi propio despacho, por trabajar a favor de los derechos de los espectadores y pedir el cumplimiento de la normativa de protección de menores (cuatro horas diarias de lunes a viernes, en pleno horario de protección y mostrando lo más ruin de la condición humana). Me insultaron gravísimamente en el Tomate «con carne picada» y en las Crónicas Marcianas. El fallo de la sentencia del juicio que perdieron, lo leyó, precisamente el Sr. Jordi González a las dos y media de la mañana cuando los insultos se habían proferido en horas de máxima audiencia. Incumplen toda normativa desde hace decenios y se burlan de nuestras leyes sin ningún escrúpulo. Lo que no podría ocurrir en ningún otro país del mundo, cadena propiedad de quien fue primer ministro de Italia inculpado y creo culpable, en un tema relacionado con la prostitución de menores. Donde hanestado los últimos veinte años gobiernos respectivos, oposición y judicatura?. Lo que está ocurriendo se veía venir y lo hemos advertido hasta la saciedad. La sociedad española es infinitamente más íntegra de lo que algunos creen.
Sobre la declaración conjunta: “la libertad de los anunciantes para gestionar sus acciones de publicidad independientemente de los contenidos de cualquier medio de comunicación y, en definitiva, que los anunciantes no pueden ser responsabilizados de los actos de los medios de comunicación en los que publicitan sus productos”.
Pablo Herreros, ud. mismo sabe que ha sido cobarde su declaración. Te has rajado. Nos has decepcionado. Estábamos luchando contra la telemierda y la barbarie. LOS MEDIOS NO PUEDEN SER FINES EN SI MISMOS.
Estamos en un país civilizado y que creemos en un ESTADO DE DERECHO. La libertad siempre tiene que estar unida a la responsabilidad. Y no puede ser promotora de la indecencia y de la injusticia y de la maldad y de la inhumanidad. Una empresa tiene que ser coherente con la calidad y la reputación y del bien donde se publicite.