Muchas veces los argumentos que dan los políticos para justificar las norma que aprueban no se corresponden con sus objetivos reales o, en todo caso, sólo parcialmente. Confieso que lo que he visto en los medios de comunicación no me lleva a pensar que el reciente Real Decreto-ley 3/2012 persiga sólo crear empleo. En realidad,las reformas laborales no crean empleo, lo crean empresas e instituciones públicas si sus consumidores y contribuyentes tienen capacidad de consumir o pagar impuestos.
Por tanto, afirmar que son las empresas las que crean empleo es bastante discutible, en el sentido de que ellas contratan, pero es el consumidor con su demanda que les permite generar ingresos parea ello. No lo olvidemos cuando se nos dice “son las empresas las que generan empleo”, ya que este matiz es importante a la hora de identificar a los agentes que ayudan a generar ocupación. Sin ir más lejos, un trabajador con un sueldo mísero será un consumidor y un contribuyente cuya demanda será débil. Y ello incidirá en la no creación de puestos de trabajo de las empresas que no consiguen venderle sus bienes y servicios.