La subida del valor de los títulos de Microsoft, una subida realmente fuerte que parecía venir a responder al ya oficial anuncio de la salida de Steve Ballmer de su puesto de CEO para dentro de un año, daba una sensación curiosa de supuesto alivio entre el inversor que, lo cierto es, muy poco después se ha visto ya modificada, de hecho acumulando una pérdida de un 4% en una semana, el valor de los títulos se ha visto reducido y situado a la cola de los valores del Dow Jones.
Este nuevo movimiento puede entenderse como un proceso de reflexión en los inversores que ha llevado a la duda sobre el periodo abierto en la compañía hasta la determinación del sucesor de Ballmer, un período que aún no se puede cuantificar en el tiempo, pero que obviamente deberá abrirse y cerrarse lo más rápido posible en vista de la penalización de los inversores sobre la incertidumbre acerca del futuro CEO de la firma.
La salida del cofundador de Microsoft del puesto de máximo ejecutivo de la compañía, como no podía ser menos y como todo lo que rodea a las grandes decisiones en Microsoft, no se encuentra exenta de rumores y supuestas polémicas, el anuncio por parte del propio Ballmer de su retirada no casa del todo con la vocación del proceso de restructuración de la firma presentado hace poco más de un mes y en el que en absoluto parecía cuestionarse la continuidad del aun CEO de Microsoft.
Por supuesto, y como prácticamente todo lo que rodea a Bill Gates, las teorías de la conspiración ya se han puesto en marcha y de manera inevitable se centran en el presidente de la compañía, el gran hermano omnipresente en la firma, de quien los rumores afirman, puede corresponder la iniciativa de la presión a la salida de Ballmer, curiosamente y de ser así se daría también un cambio de postura radical por parte de Gates quien fue su máximo defensor desde el abandono de Gates del puesto de CEO a finales del siglo pasado a favor de Ballmer.
Los rumores sobre un ostensible deterioro en la relación entre ambos miembros fundadores de la firma parecen verse en cualquier caso corroborados en la propia carta de anuncio de jubilación de Ballmer, donde no se realizará ni una sola mención a Gates, mientras que también el comunicado de Bill Gates, donde no se realiza ni un solo agradecimiento al saliente CEO más allá de considerar la búsqueda de un sustituto, no ayuda a mejorar esa imagen de deterioro de la relación entre ambos.
En cualquier caso y como decíamos se abre un proceso que necesariamente Microsoft debe plantear con cautela pero sin pausa, habida cuenta del castigo inicial al que los inversores han sometido este periodo de incertidumbre que se abre.
imagen: qz.com