Son varios los países que se encuentran en fase más o menos avanzada de experimentación con activos digitales. En el caso de Japón, la alternativa digital al Yen emitida por las autoridades bancarias del país, ha sido probada a una escala de aplicación elevada.
Se trata de un proyecto en prueba en el cual en determinadas zonas ha sido posible el uso de un activo digital como moneda de respaldo equivalente al Yen.
En un análisis rápido, y viendo la experiencia de un buen número de países como los países nórdicos en Europa, Japón, o la propia UE, parece que las autoridades bancarias se encuentran en pleno proceso de estudio de la aplicación de los modelos que las criptomonedas están aportando al mercado monetario.
¿Serán criptomonedas lo que emitan los países?
Pues depende de lo que entendamos por criptomonedas.
Si por criptomonedas entendemos activos de carácter digital, soportado sobre tecnología basada en cadena de bloques, y que pueden servir para realizar compras, pagos y como moneda de intercambio, diríamos que sí.
Si por criptomoneda se entendemos activos digitales, descentralizados y sin sometimiento a un control único que, además, pueden ser gestionados por unas reglas de convivencia establecidas por usuarios, obviamente diríamos que no.
Lo que en todo caso están tratando de lograr las autoridades bancarias es la modernización del sistema monetario y su adaptación a las nuevas tecnologías.
Esto se podría traducir en, efectivamente, una alternativa digital al dinero fiduciario. Y aunque en algunos proyectos se especula sobre la desaparición del dinero fiduciario, lo cierto es que esto no parece cercano.
¿Cómo serían las criptomonedas de los bancos centrales?
Se trataría de activos digitales que, en primer lugar, no basaría su funcionamiento en políticas de consenso. Serán activos centralizados, perfectamente localizados y que mantendrán un nivel de control sobre[…]Leer noticia completa en la fuente original