Lo que la Constitución nos dice en términos económicos

Ahora parece algo sencillo para los grandes partidos lo de reformar la Constitución para introducir una regla de gasto (si no lo impide el movimiento ciudadano que empieza a generarse). Pero en 1978, que es cuando se aprobó el texto, hubiera sido imposible.

¿Por qué? Por la sencilla razón de que cualquier referencia a una planificación económica marcada de antemano en la Carta Magna sonaba a dictadura (ya fuera comunista o fascista). Entonces, cada coma, cada palabra, cada matiz semántico o sintáctico se miraba con lupa. Y los constituyentes optaron por las generalidades a la hora de zambullirse en los preceptos económicos.

Aunque la Constitución de 1978 está repleta de referencias a los números. Por un lado, está el bloque de artículos enmarcados entre los Capítulos II y III del Título I: De los principios rectores de la política social y económica. En él se incluyen derechos de ciudadanos y orientaciones para los gobiernos. Y por otro, y de una forma más genérica aún, el propio Título VII al completo, cuyo nombre lo dice todo: Economía y Hacienda.

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