La crisis financiera, cuya peor parte la pasamos hace un par de años con la caída de Lehman Brothers, tiene algunos ganadores en Asia, Latinoamérica y Escandinavia.
La mayor parte de los países y continentes que han tenido una crisis menos severa han tenido que pasarlo muy mal hace unos años, en Asia al final de la década de los 90 y Suecia al principio de la misma década. Sanearon su economía. Ahora, los perdedores de esta crisis están aprendiendo la lección de la forma más dura.
Los grandes perdedores están en la periferia del Viejo Continente, cuyos peores casos (Grecia, Irlanda e Islandia,…) se han convertido en lo que fueron en la década de los 80 países como Argentina, Brasil o México. De hecho, algunos de estos países europeos ya necesitan el mismo tipo de ayuda internacional que se les proporcionó a los países americanos y su riesgo de impago es bastante alto.
Aquí van los peores ejemplos:
Islandia. A pesar de que es de lejos el país más pequeño de la lista, con una población cercana a las 300.000 personas, es el país que más ha sufrido la crisis. La deuda se ha inflado tanto que ya es seis o siete veces su PIB.
Cuando el crédito desapareció después de la caída de Lehman Brothers, el mercado nacional perdió el 90% de su valor, la devaluación de la moneda ha provocado que el nivel social general haya descendido de una forma abrupta.
Irlanda. Al principio de la primera década del siglo XXI Irlanda era el país donde había que invertir. Todo crecía allí, empresas de desarrollo de software, restaurantes y ladrillo. Eso fue entonces, después del estallido de la burbuja los bancos irlandeses son técnicamente insolventes y el estado tiene una profunda deuda. Su porcentaje de deuda con respecto al PIB es del 14.3% , peor que el de Grecia. A esto hay que sumar una importante tasa de paro.
Grecia. Con un euro fuerte y un gobierno débil Grecia fue cayendo hasta lo que es ahora. El pasado año tenía un déficit del 13.6%, un poco por detrás del de Irlanda. Este año de crisis ha provocado que se necesiten un billón de dólares para el recate de Grecia y otros países de la zona euro que pueden caer. El gobierno griego, que está dedicando todos sus esfuerzos en recortar de donde pueda tiene como objetivo llegar a 2012 con un déficit de 2.8, pero nadie se lo cree.
Los países de la clase media.
Portugal es probablemente el país más débil de los tres, una víctima de demasiada deuda, mucho ladrillo y apenas nada que vender. España es mucho más grande y más diversificada y tiene empresas líderes a nivel internacional como Telefónica y el Banco de Santander. El problema de España es que cuando estalló la burbuja se vio con un paro del 20%, el más alto de Europa. Actualmente Italia tiene algunas industrias competitivas (coches, aceite, bienes de lujo) pero años de estacamiento perdidos han hecho que Italia perdiera el tren. La deuda pública comparada con el PIB es del 120%.
Austria y Hungría. Cuando la moneda húngara se colapsó en 2008 necesitó una ayuda del Fondo Monetario Internacional de 25 millones de dólares. La deuda ha llegado al 7.5 % del PIB este año y la tasa de desempleo supera el 11%. Además, el PIB cayó un 6% en 2009. Mientras, los bancos austriacos se convirtieron en los grandes prestamistas para Europa del Este, incluida Hingría. Lo que en la década de los 90 parecía una gran idea con la caída del telón de acero parece que no lo ha sido tanto, ya que ahora mismo los bancos austriacos están ahora en el punto de mira por esos préstamos, que afectan negativamente a su balance -pese a todo los más importantes superaron los test de estrés a la banca internacional–