Parece que nadie está a salvo en estos tiempo de perder su puesto de trabajo. Esta crisis ya acabado con cerca del 10% de los plantilla de las entidades bancarias y parece que Bruselas pretende acometer mayores reducciones, al condicionar el rescate a la banca a que las entidades nacionalizadas lleven a cabo despidos masivos, a los cuales en teoría deberían aplicarseles la reforma laboral que en la Unión Europea tanto gusta.
Las condiciones que imponen para que se lleven a cabo son tan severas que hasta el Gobierno ha solicitado que no se aplique una de las peores condiciones que supone la reforma laboral para los trabajadores en vías de despido, como es su abaratamiento.
Los rescates no son gratis, tampoco los bancarios y Bruselas ya ha anunciado que los bancos rescatados tendrán que llevar a cabo duros ajustes, entre los que se encuentran cierre de oficinas y despido de trabajadores para recibir la inyección de capital de 37.000 millones de euros del fondo de rescate de la UE (MEDE).
La condición de la Comisión Europea pasa por articular un proceso de despido de 8.000 empleados de banca, para que el rescate bancario se haga efectivo, despidos que deberán producirse dentro del plazo de los próximo cinco años, y con indemnizaciones correspondientes a 20 días por año trabajado, condición está que el Gobierno pretende eludir por ser considerados por sindicatos y empleados como inaceptables.
Este plan de reestructuración del sector financiero aprobado desde Bruselas como contraprestación al rescate solicitado por la banca española, supondrá despidos masivos en las entidades nacionalizadas, Bankia, Catalunya Caixa y Novagalicia, y eventualmente otras que también requieran ayudas, deberán acometerlos.
La primera entidad que ya anunciado los ajustes ha sido Bankia, que recortará su plantilla en 6.000 personas, lo que supone el 28% de los 20.126 empleados de la entidad. Además, cerrará 1.117 oficinas, el 39% del total, dentro del plan de recapitalización avalado por el Banco de España y la CE para los próximos tres años.
Dar ayuda a cambio de más despidos, puede resultar una controversia, pero que las condiciones sean tan duras que hasta el Gobierno, pretenda hacer una excepción a su polémica reforma nos da un ligero avance de lo que cabe esperar si proseguimos por la vía de los rescates y de lo poco que cuentan los trabajadores en el plan de la Unión Europea donde lo que realmente cuenta es que sus socios paguen sus deudas.