Medallas “políticas” olímpicas para recuperar el crédito

Existe un dramático paralelismo entre la evolución del deporte español en la Olimpiadas de Londres y la de la gestión política y económica de la crisis. Salvo casos mediáticos cumbre, como el de Bolt, las medallas más significativas se las llevan los países de economías fuertes y en crecimiento, como la norteamericana,  la china o la rusa, y los países clásicos de la Vieja Europa nos vamos quedando con lo que éstos dejan y lo que no se llevan los emergentes.

Pero esto no es lo peor. Las estadísticas que vamos conociendo advierten además que la situación de desánimo entre los españoles está bajo mínimos. Ya ni aunque cerrásemos una semana en Londres con varias medallas de oro, lograríamos que la gente creyera más en el futuro a corto plazo del país. El Índice de Confianza de los Consumidores, una de esas encuestas del INE que suelen pasar desapercibidas, mostraba el viernes pasado que el cuadro médico económico de las familias españolas está en extrema gravedad. Seis de cada diez hogares españoles creen que estamos peor que hace año y medio; y siete de cada diez, que todo esto va a empeorar en medio año. Y los empresarios, que son lo que pueden hacer algo para que la situación mejore, ya dan por perdido el 2013.

Y todo ello en época estival, cuando el ánimo se levanta siempre para gozar de las vacaciones, el sol, la playa y las fiestas. Cuando el 1 de septiembre entre en vigor la subida del IVA, y podamos comparar lo que son y lo que eran gastos tan simples como llenar de gasolina el coche, ir al supermercado o la vuelta al cole, todo amenaza con que el pesimismo económico general se puede convertir en pánico familiar. En el sentir popular cada vez se extiende más la idea de que la situación la sostiene la economía sumergida, la de supervivencia, algo que, aunque sea verdad, no es bueno que ocurra.

Hace falta cuanto antes alguna “medalla política olímpica de oro”, para que no cunda más el pánico socioeconómico entre las familias y las pymes españolas. Con rescate parcial, rescate total, rescate financiero o sin rescate, da igual. Sin miedos ni complejos en reconocer que lo necesitamos para seguir adelante. Es solo dinero. Eso son los instrumentos para que todo funcione de alguna manera, herramientas que se deben manejar por los políticos, los “deportistas” de esta Olimpiada económica en la que estamos. Hace falta que eso se convierta en medallas sociales. Tanto en las Olimpiadas como en la economía, nos quedan pocas opciones de triunfo, pero alguno de ellos pueden ser significativos: si conseguimos alguna medalla mediática en deportes como el baloncesto, por ejemplo, y se logra que el rescate que sea, se convierta en más crédito para familias y empresas, se habrá levantado el ánimo de los españoles de forma significativa, frente a los nubarrones del último cuatrimestre.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.