Muchos españoles aún nos encontramos lejos de cumplir nuestro sueño de la casa propia. Si bien, desde que se produjo el estallido de la burbuja inmobiliaria, hace ya algo más de un par de años, los precios de los inmuebles han mostrado una interesante reducción, la realidad, es que dichas rebajas son producto más de una sobreoferta, sumada a una fuerte constricción de la demanda, que a una reducción en términos reales.
La crisis económica que siguió y que aún nos encontramos enfrentando, el fuerte incremento del paro, y la súbita restricción del crédito, ha provocado que, precios bajos mediante, quienes no tienen una casa aún no puedan acceder a ella, y quienes se encuentran pagando una hipoteca, en muchos casos no puedan hacer frente a tal obligación, y tengan que renegociar el préstamo o bien, en los casos extremos, perder su casa.
Producto del cambio de panorama que tiene lugar, la situación ha cambiado para quienes buscan una casa. En este artículo y en una serie que se entregará durante los días siguientes, se pretende orientar a quienes se encuentren evaluando la posibilidad de comprar una casa, comentándoles una serie de pasos a seguir y realidades del mercado, que deberán ser afrontadas y superadas en el proceso.
En primer lugar, los españoles ya no deben salir a buscar el hogar de sus sueños, sino afrontar la difícil tarea de acumular un ahorro, que nos permita cubrir parte del precio de compra.
Seamos realistas…. la época dorada donde los bancos y cajas otorgaban hipotecas por el 110% del valor de compra ha quedado en el pasado.
Hoy en día, es bastante complicado conseguir cualificar para una hipoteca que financie el 100% del precio del inmueble. De más está decir, que este tipo de préstamos se encuentra sólo disponible para quienes elijan comprar un inmueble que se encuentra en poder de la entidad prestataria.
La enorme cantidad de impagos que se produjeron producto del incremento del paro y de la dura situación económica que atraviesa Europa, han generado una igualmente importante cantidad de embargos, con lo que las entidades, han cambiado créditos por ladrillo. Ladrillo, que pesa mucho en sus balances y que están desesperados por ubicar. Esto ha generado que gran parte de las entidades cuente con portales inmobiliarios propios, en los que se promociona e intenta dar salida a dichas casas. Por supuesto, que para tentar al cliente, se ofrece la financiación de hasta el 100% del precio de compra.
Fuera de este supuesto, es muy difícil encontrar una hipoteca que financie más del 75%-80%. De hecho, desde que comenzó 2011, algunas entidades hasta han rebajado estos porcentajes, no brindando préstamos que superen el 70% del valor de tasación del inmueble.
Además no debemos olvidar el hecho, de que la compra de un inmueble implica la realización de una serie de gastos, como ser impuestos, notaría, escrituras, y otros, los cuales no son cubiertos por el préstamo que obtendremos. Estos gastos, en general suponen un 10% del precio del bien a adquirir, aunque en algunos casos hasta es mayor.
Es por ello, que para acceder a una casa, lo primero que debemos lograr, es reunir un ahorro que nos permita cubrir el importe que no obtendremos de una entidad financiera.
Asimismo, el segundo paso fundamental a la hora de intentar comprar una casa, es obtener la financiación restante. Si bien, tradicionalmente el ir al banco constituía el último paso, a la hora de comprar una casa, hoy por hoy, es uno de los primeros escollos que debemos superar.
Los bancos, asustados como se encuentran, han elevado significativamente los requisitos que piden para otorgar un préstamo. El cumplimiento del supuesto de que la cuota no debe superar el 30% de nuestros ingresos familiares netos, se está exigiendo a rajatabla y esto deja fuera del alcance de muchas familias el acceso a un préstamo.
Es importante que al evaluar una propuesta, la persona tome conciencia de su situación económica y laboral actual y futura. Sin duda, debemos plantearnos diversos escenarios para evitar embarcarnos en un préstamo que no podamos cubrir. Tengamos en cuenta, que nos vamos a endeudar a un plazo de entre 15 y 40 años y por un monto que significará el compromiso financiero más importante de nuestras vidas.
Por otra parte es importante acceder a un buen simulador hipotecario. En el mercado hay disponible varios y desde Financialred recomendamos Calcular mi Hipoteca. Esto nos ayudará a orientarnos respecto del tipo de préstamo que podremos obtener respecto de nuestros ingresos.
Es importante utilizar estos simuladores, para proyectar diversos escenarios futuros. La realidad es que desde mediados del año pasado, donde el Euribor se ubicó en mínimos históricos, el indicador más utilizado para el cálculo de las hipotecas españolas, se encuentra en franco ascenso. La simulación de las posibles subidas y su impacto en nuestra cuota es esclarecedor.
Una vez que conocemos qué tipo de préstamo podremos obtener y con cuanto capital contaremos es hora de salir a buscar la casa que queremos. Tema que abordaremos en la siguiente entrega.