Los Presupuestos Generales del Estado 2013 incluyen una ayuda para la compra de autómovil a través del llamado plan PIVE. Sin embargo, estas ayudas esconden a su vez un regalo envenenado en forma de impuestos. Y es que el dinero que recibamos no estará libre de tributar en la declaración de la renta 2013.
Entre las sorpresas de los Presupuestos Generales del Estado 2013 figura el Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente o PIVE a través del cual se subvencionará la compra de coches más ecológicos. En concreto, se articula una subveción de 2.000 euros para la adquisición de vehículos nuevos y con hasta un año de vida que cumplan ciertas exigencias mediambientales.
El PIVE estará subvencionado al 50% entre el Estado y los fabricantes. Su funcionamiento es similar al anterior plan Prever e incluye la entrega de un vehículo para achatarramiento con más de 12 años de antigüedad o de diez años si es un vehículo comercial.
El PIVE entrará en vigor el 1 de octubre y se extenderá hasta el 31 de marzo de 2013 o hasta agotar su dotación de hasta 75 millones de euros.
¿Y su fiscalidad?
Sin entrar a valorar la idoneidad o no de reactivar las ayudas al sector de la automoción, lo cierto es que quienes tuviesen pensado comprar un coche nuevo se alegrarán de esta medida, mientras que quienes hayan acometido la compra recientemente estarán ‘tirándose de los pelos’. En cualqueir caso lo que los agraciados no deben perder de vista es que las ayudas del PIVE no son gratis y habrá que pagar por ellas en la declaración de la renta.
En términos generales la mayoría de subvenciones están sujetas al IRPF. En el caso de estas ayudas, tendrán la consideración de ganancia patrimonial, pasando a tributar al tipo marginal. Es decir, que habrá que pagar a Hacienda el porcentaje marcado por las tablas de IRPF, que para 2012 y 2013 son las siguientes:
Así que ahora que ya sabemos lo que habrá que pagar a Hacienda por las ayudas del PIVE, nada mejor que tenerlas en cuenta para evitar sorpresas en la declaración de la renta.