El término paraíso fiscal o países no cooperadores a efectos fiscales es uno de los más extendidos en el ámbito impositivo.
Se trata de países que eximen del pago de impuestos a los inversores extranjeros con cuentas bancarias o empresas en su territorio. Esto no quiere decir que los ciudadanos no deban pagar impuestos, solo los extranjeros residentes o que tengan intereses estarán libres de hacerlo. El resto deberán tributar como lo haces tú en España, por ejemplo.
Estas ventajas fiscales suelen ser la base de la economía de estos países, que habitualmente son pequeños y con escasa o nula capacidad productiva. En otras palabras, no tienen industria ni ofrecen servicios, más allá del propio de sus ventajas ficales.
Por eso, la mayoría de países no cooperantes se niega a suprimirlas y muchas las acompañan de ventajas adicionales como la protección de datos fiscales.
Que se considera un paraíso fiscal
Más allá de esta primera definición de paraíso fiscal, hay una serie de elementos que la OCDE tiene en cuenta para establecer qué países se pueden considerar un paraíso fiscal. Estas son las principales características:
- Los datos personales de propietarios y accionistas de empresa no figuran en los registros públicos y si lo hacen, se permite el uso de representantes formales, denominados nominees o testaferros en castellano.
- El secreto bancario es la norma y los datos de los titulares de cuentas sólo se facilitan si existen evidencias de delitos relacionados con el terrorismo, narcotráfico o similares, no por un delito fiscal al uso.
- No existen tratados de colaboración bancaria con otros países.
- No se firman tratados para evitar la doble imposición.
- Cuentan con una fuerte estabilidad política y monetaria, incluso interviniendo el tipo de cambio de la moneda.
- Disponen de reputados servicios legales y[…]Leer noticia completa en la fuente original