La sentencia del Tribunal Supremo sobre los intereses aplicados a una tarjeta revolving de WiZink debería marcar un antes y un después en la comercialización de estos productos financieros.
Hace poco conocíamos la sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso de una persona que debía pagar un 27% de intereses anuales por usar esta tarjeta. El tribunal sentenció que se trataba de unos gastos de interés que se encontraban muy por encima de los de la media, y que por lo tanto, debe rebajarse por lo menos hasta el 20%. Es por eso que el Supremo calificó de usura a este tipo de intereses.
Cómo funciona la tarjeta revolving
Al hacer uso de una tarjeta de crédito convencional, el usuario tiene acceso a una determinada cantidad de dinero, que tendrá que devolver de manera inmediata al comienzo del mes siguiente. Esto no ocurre si disponemos de la tarjeta revolving, ya que se nos ofrece la oportunidad de aplazar los pagos en cuotas mensuales. Además, en una tarjeta de crédito al uso, si no se puede devolver la cantidad de dinero que se gastó durante el mes anterior, se va generando una deuda (con intereses aplicado por la entidad), que tarde o temprano habrá que abonar.
Como ya hemos mencionado anteriormente, la tarjeta revolving no permite realizar el pago de una sola vez, sino que se cobra de manera progresiva en el tiempo. Esto, que a priori nos parece algo bueno, realmente se hace porque los intereses que gravan la deuda pendiente pueden ser tremendamente caros.
Se le ofrece al cliente la oportunidad de escoger el tipo de cuota que quiere abonar cada mes, si será fija o en base al porcentaje utilizado. A pesar de esto, si la cuota que se escoge resulta ser baja, es posible que la devolución que se realice mensualmente no sea suficiente para cubrir los intereses que se han generado por la deuda. Esto provoca que dicha deuda aumente sin control cada mes.
El nombre revolving viene dado, precisamente, por las opciones que ofrece a los usuarios. Es decir, cuando una persona devuelve una parte del crédito a la entidad al principio de cada mes, el dinero vuelve a estar disponible de nuevo. Por lo que, las tarjetas revolving (palabra que procede del inglés y significa girar o rotar), se definen como un crédito que se renueva de forma automática a su vencimiento mensual, de tal manera que en realidad solo se trata de un crédito rotativo equiparable a una línea de crédito permanente.
Motivos por los que se ha considerado abusivo el interés de estas tarjetas
Las tarjetas revolving no son las más adecuadas para los usuarios que no quieran, o no puedan, hacer frente a grandes intereses. Esto se debe a que su tasa anual equivalente media, calculada por expertos, es del 25% para la financiación de compras, y casi llega al 30% si se desea disponer del dinero en efectivo o de su traspaso a una cuenta corriente. Cifras que desde luego son extremadamente superiores a las que podemos encontrar en tarjetas de crédito convencionales. Principalmente, es por ello que el Tribunal Supremo ha llegado a calificarlas como abusivas para los consumidores.
De hecho el Tribunal Supremo aporta una sentencia firme y clara:
El punto principal del juicio era tomar una decisión sobre el tipo de interés de referencia que se considera normal en estos casos. Para ello se recurre a la Ley de Usura, una norma que se estableció a principios del pasado siglo y que a día de hoy permanece en vigor. En ella se prohíbe rotundamente realizar préstamos de dinero con intereses que sean demasiado elevados.
Por lo tanto, los jueces llegan a la conclusión de que sólo debe tomarse como referencia el tipo medio aplicado a las operaciones de crédito mediante tarjetas de crédito y revolving publicado en las estadísticas oficiales del Banco de España, que son del 20%, a diferencia del 27,24% que llegó a aplicar WiZink en el caso que se llevó a juicio. De esta manera, se declara como usurario el elevado porcentaje de intereses que la entidad bancaria había estado utilizando.