En una semana marcada de nuevo por la burbuja de los bonos y un recrudecimiento de la crisis de la deuda soberana la economía Española ha recibido un nuevo golpe por parte de las agencias de rating. Moody’s ha decidido rebajar el rating a largo plazo de España de AAA a Aa1 con perspectiva estable.
El movimiento estaba ampliamente descontado por el mercado e incluso se puede considerar un alivio que la caída haya sido de un sólo escalón. Y es que los más pesimistas se temían una rebaja todavía más severa. Con esta, España pierde las triple A de las tres grandes agencias de calificación, ya que anteriormente S&P había rebajado su rating en dos ocasiones -primero hasta AA+ y después hasta AA-, mientras que Fitch esperó hasta mayo de 2010 para sustituir la AAA por una AA+ (equivalente a Aa1).
Las razones esgrimidas por Moody0s son de sobra conocidas: el abultado déficir, el fuerte endeudamiento y unas perspectivas de crecimiento menores que las de su entorno. De hecho, la firma estima que el PIB nacional sólo crecerá un 1%. A estos se puede añadir la baja productividad y la baja competitividad de la economía española en general.
Aunque para la mayoría de ciudadanos las agencias de rating les son desconocidas, lo cierto es que sus dictámenes afectan decisivamente a la economía –sólo hay que ver lo ocurrido con Grecia y Portugal-. En el caso de España, la rebaja de rating supondrá un mayor coste de financiación.
Esta misma semana ya hemos podido comprobar como el diferencial de los bonos españoles volvía a dispararse ante nuevos temores de impago por parte de Irlanda y Portugal. El mercado de los bonos se encuentra ahora mismo en un momento crítico por la incertidumbre respecto a la deuda soberana y todo parece indicar que nos esperan unas semanas duras en este sentido.