Los datos recogidos por Xavier Martinez Celorrio y de Antoni Marín Saldo en su estudio «Crisis, trayectorias sociales y educación. Análisis longitudinal del PaD (2003-2009)» demuestran el gran impacto de la crisis sobre la población española, y muestran cómo nunca antes, ni en la dura crisis fordista de finales de los años 70-mediados 80, ni en la postcrisis del período comprendido entre los años 92-94, se había destruido en un sólo año hasta el 8,7% de todo el stock ocupado. El año 2009, según el estudio que permite conocer mejor la dinámica de la estructura social española durante el período 2003-2009, marca el primer abismo de esta crisis.
Un abismo que continuó haciéndose más profundo durante el año 2012, año en que el mercado laboral español perdió 850.000 empleos y generó otros 374.000 expedientados por regulación de empleo. La tasa española de paro se eleva al 26%, el desempleo juvenil es del 55% y unos 150.000 jóvenes entre 25-29 años emigraron al exterior, iniciando la diáspora española de capital humano cualificado.
El shock más traumático de los últimos treinta años
Para el estudio, el período comprendido entre los años 2008 y 2012 suponen el shock más traumático de los últimos treinta años para la sociedad española. Hasta 2012, la crisis lleva destruido el 18,8% del total de empleo previo a la crisis, casi anulando todo el empleo creado por la burbuja del ladrillo y retrotrayendo a Cataluña a los niveles del 2003, justo cuando empezó la burbuja. La dinámica de España es muy paralela, habiendo destruido el 17,3% del empleo existente en 2007 y regresando también al horizonte de empleo de 2003. Década perdida y crisis en forma de W con doble recesión y recortes en el sector público que continuarán en este 2013, prolongando la devaluación del bienestar.
Desclasamiento de la sociedad
Hasta el año 2009, el 19% se ha desclasado hacia posiciones de clase más bajas a las ocupadas en 2003 (incluido el paro), el 67% consigue mantener su posición y sólo un 14% conoce el ascenso de clase. Entre las trayectorias de desclasamiento destacan sobre todo las protagonizadas por la clase de cuadros y técnicos (42% de descenso de clase), por los obreros de la construcción (36%), los obreros industriales (29%) y la pequeña burguesía propietaria (28%). El desclasamiento es, por tanto, obrero y de clase media.
Empobrecimiento y descenso de renta
Hasta el año 2009, el 38% de la muestra se ha empobrecido y ha perdido entre el 27% y el 46% de la media de la renta que el hogar tenía en el año 2003.
Aumento de las desigualdades sociales
La muestra realizada también revela que, en el período comprendido por los años 2005 a 2010, la desigualdad en España aumentó en un 25% y en Cataluña un 23%. En España el 20% poblacional con más renta acumula casi 7 veces más ingresos que el quintil más pobre. En 2005 era 5,5 veces más. Con la crisis, Cataluña abandona la media europea de desigualdad 80/20 (4,75), sigue la inercia de aumento española y pasa a ser más desigualitaria que Italia o Gran Bretaña, hecho inédito para Cataluña antes de la crisis.
Un ciudadano más vulnerable
Entre las alarmantes dinámicas recogidas por el estudio también se muestra un claro aumento de la vulnerabilidad del ciudadano. Así, entre los años 2010 y 2012 el desempleo creció en Cataluña 7 puntos respecto al año 2009. El estudio muestra el alarmante dato de cómo la tasa de vulnerabilidad social ha alcanzado el 43% de la sociedad catalana. Este dramático dato indica claramente que ya no se puede de grupos sociales vulnerables, sino que en estos momentos toda la sociedad es vulnerable.
En el estudio de Martinez Celorrio y Marín Saldo se recoge una muestra longitudinal de 1.300 adultos entre los 25 y 64 años, a partir de la única encuesta-panel existente en España, el PaD de la Fundación Jaume Bofill. El PaD encuesta cada año a 2.000 hogares catalanes desde 2002 hasta hoy, acumulando una enorme información que permite el análisis longitudinal de trayectorias vitales, familiares y laborales.
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