El crecimiento económico de Europa fue, una vez más, prácticamente inexistente en el tercer trimestre. Junto a ello, aumenta el riesgo de que el continente pronto pueda caer en una nueva recesión.
En este sentido, el producto interno bruto, la medida más amplia de la actividad económica, creció sólo un 0,2% comparando con el trimestre pasado, lo cual es grave dado el débil desempeño en el segundo trimestre. Las lecturas se aplican tanto a las 17 naciones de la eurozona, como también a los 27 países que conforman la Unión Europea.
Los economistas están cada vez más preocupados acerca de la situación económica de Europa que comenzará a reducirse en la continua incertidumbre sobre la deuda soberana, sumado a las medidas de austeridad por parte de las economías más problemáticas, junto a las preocupaciones de las empresas y los consumidores acerca del futuro del euro.