Vivimos en el mundo de la información al instante. Alardeamos de estar al día a través de nuestra cuenta de twitter y siguiendo los blogs y los medios tradicionales que se encargan de atiborrarnos de esa misma noticia contada de mil formas distintas. ¿Pero realmente estamos informados? Tal vez, pero es una información efímera e incompleta.
El ejercicio de consultar las hemerotecas está anticuado, lo sé, pero hacerlo por un día arroja resultados sorprendentes. Durante toda la semana pasada se hablaba, escribía y conjeturaba a cerca de la reforma financiera que el Ministro de Economía, Luis de Guindos, iba a presentar. “Imprescindible para recuperar el crédito y volver al crecimiento económico y a la creación de puestos de trabajo”, era la frase que utilizó más de un periodista para describir la propuesta que preparaba el Gobierno. Sin olvidar que ésta iba a ser clave para “acelerar la caída del precio de los pisos”
El sábado, un día después de esa esperada presentación, no había en los grandes titulares ni rastro de ninguna de esas ideas fuerza. Crédito, crecimiento, creación de puestos de trabajo eran objetivos que habían sido desplazados por la gran novedad/castigo aplicado por el Gobierno: una descomunal bajada de sueldos a los grandes magnates financieros (de las entidades que han recibido ayudas públicas). Las cifras dejan obnubilado a cualquiera. A Rodrigo Rato, presidente de Bankia, le van a rebajar el sueldo nada menos que un 75% y el presidente de Catalunya Banc cobrará un 80% menos. Si tuvieran un sueldo de mil euros eso significaría que Rato tendría que pasar el mes con unos exiguos 250 euros. Algún jubilado lo consigue, pero ese no será el problema de presidente de Bankia que contará con unos, más que decentes, 600.000 euros anuales para dar de comer a su familia. Apenas 78 veces el salario mínimo interprofesional, sí ese que congeló el Gobierno el pasado 30 de diciembre.
Se pueden verter ríos de tinta analizando si estos topes son o no adecuados. Es lo que se pudo leer en la prensa días después. Si son justos o no. También se escribió y dijo mucho sobre esto. El ciudadano de a pie está encantado con que los malos sean castigados, y gracias a eso ya nadie se acuerda que la reforma financiera que nos iba a presentar Luis de Guindos nos prometía otras cosas.
¿O acaso esa bajada de sueldos tiene un incidencia directa en que los bancos den más crédito, pisos más baratos y en definitiva más empleo? Me temo que no. Hay otras medidas menos populistas, eso sí, como que el Estado aportará otros 6.000 euros para reforzar el fondo de rescate de la banca (Frob),o exigir a las entidades 50.000 millones en saneamientos de sus activos inmobiliarios relacionados con el ladrillo.
Los expertos aseguran que son una buena base para salir del hoyo al que nos ha conducido la crisis. Hay que ser optimistas, pero no desmemoriados. Seguro que hay medidas que llevan mucho más directamente a conseguir los objetivos de facilitar un verdadero ajuste de los precios de la vivienda; abrir el grifo del crédito a las pymes porque sin eso la creación de empleo no llegará. Y mientras diseñan este tortuoso y largo camino para salir de la crisis, en España luce un bochornoso dato: 5.273.600 desempleados ( la cifra más alta de su historia) y subiendo. Convendría no olvidarlo. @praxagora21