“El centro de la diana”, “el malo de la peli”, “el que está en medio como el jueves”… así podríamos estar un buen rato definiendo a la persona sobre la que recae todo la responsabilidad de la situación de un país o, mejor dicho, las culpas. Vale, de acuerdo, en España el Gobierno siempre es el culpable de todo: de la crisis, de que haga mal tiempo, de que Leonardo Di Caprio muriera en Titanic,¡hasta de que Fernando Alonso no ganara el Mundial!… En fin, qué fácil es decir tonterías sin fundamento y quejarse sin ningún argumento sólido.
Desde España, en líneas generales, se tiende a señalar con el dedo al Gobierno como artífice de la situación en la que estamos (hasta cierto punto estoy de acuerdo, pero se exagera); y si no a Alemania y a Merkel; y si no a Bush en Estados Unidos. ¡Ah no! que ahora está Obama y nos cae mejor (menudos somos). ¿Y desde Europa? Unos culpan a España, otros a China y lo único que hacen es ver la paja en el ojo ajeno en lugar de la viga en el propio.
Sin embargo, nos olvidamos de descubrir esa figura que en realidad es quien tiene la verdadera “batuta europea”; el amo y señor de nuestra paz económica: el señor Mario Draghi.
Hace casi un mes tuve la suerte de ser invitado a un evento organizado por Inversis en el que 10 tuiteros podríamos charlar con la incansable, simpática y cercanaMaría Muñoz. Tengo que decir que fue un 10 en todos los aspectosy que, personalmente, pude aprender y aclararme ciertas dudas: nada como una buena profesional que demuestra que sabe (me encanta esta frase).
Pero vamos al meollo de la cuestión…
Al comienzo de la charla nos introdujo la situación de la Economía a nivel europeo y español. Pudimos ver, con ayuda de unos gráficos muy claros, qué tendencia está siguiendo algún indicador, como por ejemplo la dichosa Prima de Riesgo. Si hay algo que se me quedó grabado es la importancia de resaltar el papel de “Súper Mario”, como ella le llamó.
Mario Draghi es el Presidente del Banco Central Europeo (BCE) y como tal tiene una serie de responsabilidades muy trascendentales de cara tanto a la Unión Monetaria Europea (UME) como al resto de Europa, esto es, trabaja con los bancos centrales de los 27 países de la UE los cuales forman el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). Para ello es muy importante saber qué es el BCE, para qué sirve y cuáles son sus funciones.
¿Para qué sirve el BCE? Además de para acaparar todas las atenciones, hacer temblar a los bancos y crear apuestas entre los «súper expertos» en finanzas que se recrean en sus tan inteligentes predicciones de si dirá A o B, para lo siguiente:
- Procurar mantener unos niveles de precios estables. Esto implica controlar en la medida de lo posible la inflación, especialmente en los países que utilizan el euro.
- Mantener el sistema financiero estable y garantizar que las instituciones y mercados financieros llevan a cabo un proceso de supervisión adecuado.
- Dirigir la cooperación entre los bancos centrales de la zona del euro (los 17 países de la UE que han adoptado el euro como moneda única).
¿Cuáles son sus funciones? Entre las decenas de tareas que puedan tener, voy a tratar de resumir las que considero que más impactan sobre el funcionamiento cotidiano:
- Fijar los tipos de interés fundamentales para la zona del euro y controlar la Oferta de dinero
- Gestionar las reservas de divisas de la eurozona y comprar o vender divisas en caso necesario para mantener el equilibrio de los tipos de cambio
- Ayudar a garantizar que las autoridades nacionales supervisen adecuadamente los mercados e instituciones financieros y que los sistemas de pago funcionen bien
- Autorizar la emisión de dinero a los bancos centrales de los países de la eurozona
- Vigilar la evolución de los precios y evaluar el riesgo que esta supone para su estabilidad.
¿Qué estructura tiene?El BCE se compone de la siguiente manera:
- Comité Ejecutivo: supervisa la gestión diaria. Cuenta con seis miembros (un Presidente, un Vicepresidente y otros cuatro miembros).
- Consejo de Gobierno: define la política monetaria de la eurozona y fija los tipos de interés a los que los bancos comerciales pueden obtener dinero del Banco.
- Consejo General: contribuye al trabajo consultivo y de coordinación del BCE y ayuda a preparar la adopción del euro en nuevos países.
Bien, ya sabemos cómo es la familia con la que tiene que pelearse nuestro amigo Draghi cuando se sienta en la mesa a comer. Lo que poca gente sabe es que también hay quienes le llaman «el señor de los mercados» (si Tolkien levantara cabeza…), que nació en la Bella Roma y que tiene un papelón muy grande desde hace aproximadamente un año con una situación nada fácil. ¿Por qué? Porque todos los países quieren que el BCE actúe como Superman. Es decir, que solucione la crisis. Qué jeta tienen algunos…Lo más cómodo es echar balones fuera y no reconocer que lasreformas estructurales corresponde a los mismos gobiernos que le presionan cada día.
El BCE es totalmente independiente: ni él, ni los bancos centrales nacionales del Eurosistema, ni cualquier miembro de sus organismos decisorios pueden pedir o aceptar instrucciones de cualquier otra instancia. Todas las instituciones y gobiernos de la UE deben respetar este principio. Pero consensuar respuestas no es tan sencillo.
Draghi hace todo lo que puede para ayudar en esta crisis de deudas que crecen sin parar. ¿Cómo? Bajando los tipos de interés en tres ocasiones (ver gráfico) y las inyecciones de liquidez a tres años.
En la mesita de noche están la fotos de los que más rondan por su cabeza y se va a la cama con pensamientos sobre cada uno:
– Grecia (“¿Le saco o no le saco del euro?¿Le perdono más ayuda aunque se haya reído de nosotros en nuestra cara?”)
– Alemania (“Tengo que tener a Merkel contenta, ¿a quién critico ahora para que no me castigue?”)
– España (“¡Qué bien se come ahí!”, “¿Les digo que lo está haciendo bien o que metan más caña a las reformas o que pidan ya el rescate?”)
Mi opinión. Faltan muchas reformas estructurales por hacer, amoldar cada política financiera a la cultura propia, y si hay que integrar algún organismo financiero, de acuerdo, pero nada de transformarnos en alemanes. España, por su parte, necesita darse cuenta de que las bases de un sistema sólido no se hacen con madera.