Realmente no estamos ante algo nuevo. Ya mediada la década pasada, la propia Comision Europea a través del comisariado de la competencia, apretaba las clavijas en este sentido a los proveedores, sin embargo, y a pesar de algunos movimientos previos de los gigantes del segmento como Visa o MasterCard, que ofrecían una rebaja en las comisiones, aunque no para todas las operaciones, parece que se ha tenido que esperar hasta ahora, para un planteamiento rígido a futuro sobre las comisiones interbancarias en los pagos con tarjeta.
Este planteamiento, que nace de una proposición de la propia Comisión Europea, viene a marcar unos límites a dichas comisiones, que las situarían en un máximo de 0,3% del valor de la operación para las tarjetas de crédito, y, del 0,2% para las tarjetas de débito. Como elemento añadido, quedará expresa la prohibición a los establecimientos comerciales de aplicación de recargos por la aceptación de tarjetas de crédito (y débito) algo por ejemplo muy extendido en la compra de pasajes de avión online.
Dentro del espíritu de esta limitación, además de acabar obviamente con el endose al usuario final de las comisiones ya cargadas a los establecimientos comerciales por el uso de tarjetas, y, en muchos casos el engorde de dichas comisiones, se encuentra la finalidad de la búsqueda de un único mercado europeo de pagos, algo probablemente muy necesario si tomamos en cuenta los diferentes precios en este sentido que podemos encontrar en los países que componen el marco europeo.
El proceso de incorporación de estos límites, en una primera instancia, se aplicará a las operaciones entre países, es decir, cuando realizamos operaciones con las tarjetas en un país de la unión, o cuando por ejemplo realizamos un pago en un comercio que utiliza un banco de otro país también el entorno europeo, sin embargo, en la vocación de estas medidas, se encuentra el hecho de traspasarse también a las propias operaciones a nivel nacional, algo que ocurrirá tras un período de adaptación y aplicación transnacional que vendrá a durar en el entorno de los 20 meses.
Entre los cálculos de la Comisión Europea, entra el hecho de un ahorro de los comercios en el entorno de los 6000 millones de euros, con la consiguiente repercusión en el usuario final.
Imagen: republica Pixabay.com
No pasa nada, reducen las comisiones y lo que faltan lo pagan los propietarios de las tarjetas. El banco nunca pierde dinero, a la larga lo recupera con creces.
Lo que me me parece una estafa es que a uno le cobren por tener una tarjeta y al establecimiento por tener un TPV, ingresan por los dos lados. Las tarjetas deberian ser gratuitas.
Yo prefiero pagar en metálico, así no creo un inconveniente monetario al establecimiento. Pero lo más importante es mantenerse opaco ante las mafias que trafican con los datos de consumo.
Estos datos son muy codiciados por la élite que nos gobierna y que no son políticos, ya que éstos son sólo unos títeres al servicio de los que realmente mandan: los poderosos.
Los datos de consumo de las tarjetas de crédito/débito son usados para hacer un estudio sociológico de como las personas se comportan ante estímulos creados artificialmente, de manera que conocen con anterioridad el comportamiento de la masa, y por tanto pueden predecir y tomar medidas para dirigirnos.
Muy buenas
He intentado contrastar con información de la EC pero no he conseguido encontrar nada, ¿podrías compartir la fuente, por favor?
Muchas gracias, un saludo