Si retrocedemos tan sólo tres o cuatro años en el tiempo, y revisamos las hemerotecas (algo muy saludable siempre que se quiere hablar de antiguas previsiones y actuar de resultados) nos vamos a encontrar, en el caso de los coches eléctricos, con unos datos verdaderamente reveladores del tremendo frenazo que esta opción ha sufrido en tan sólo tres años.
Allá por el año 2010 se manejaban cifras en previsión que hablaban de que en nuestro país para el año 2014, existiría un parque de vehículos eléctricos no inferior al cuarto de millón, una cifra, que a tenor de los escasos 60.000 vehículos eléctricos que actualmente componen el parque de este modelo de vehículos en nuestro país, ya resulta desde luego incumplible, pero, lo que es peor, acumula descenso constante en el número de ventas.
Si analizamos las ventas del primer cuatrimestre de este año 2013 en lo que a vehículos eléctricos se refiere nos vamos a encontrar con un desolador resultado; 179 Coches eléctricos vendidos en este periodo de tiempo.
Pero ¿cómo se explica este desfase entre las previsiones y la realidad? Lo cierto es que la primera tentación que se corre es la de acudir a la socorrida crisis como culpable de todo; evidentemente la crisis tiene que ver, pero, no debemos olvidar que cuando se realizan estas previsiones (en el año 2010) ya estábamos inmersos en una situación de crisis en la cual se podía desde luego prever las variables que ésta puede aportar a un desarrollo global de un modelo de vehículo.
Tal vez, haya que buscar otros factores que tienen que ver por supuesto con la propia caída de la compra de coches, pero también, con cuestiones como la eliminación de subvenciones a la compra de vehículos, la escasa rentabilidad de los puntos de recarga, que, no se ha multiplicado en absoluto en la previsión que se esperaba de ellos, y por supuesto el desinterés de las marcas automovilísticas, que siguen apostando por la gasolina o, en su defecto, por el mercado de los coches híbridos, que éste sí, ha crecido el pasado año 2012 cerca del 20%.
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