Aprende a sobreponerte a la vuelta al trabajo tras las vacaciones y ‘no morir en el intento’.
Septiembre ya está aquí. De hecho, mañana es el primer día de este mes, que para muchos es fatídico. Si bien es cierto que cae en viernes, con lo que muchos no regresarán a la oficina hasta el lunes próximo, sólo es una cuestión circunstancial y el hecho es que las vacaciones llegan a su fin para muchos trabajadores.Así que la vuelta al trabajo es inminente y con ella se produce lo que se ha dado en llamar el síndrome postvacacional. Para algunos, este fenómeno no es más que parte de la tontería que creen que está presente en la sociedad actual; para otros, sin embargo, es una realidad innegable.
El síndrome postvacacional afecta más a los jóvenes
En esencia, el síndrome postvacacional es el estado que se produce cuando el trabajador no termina de asimilar, de cerrar el proceso de adaptación entre el periodo de vacaciones y de esparcimiento y la reincorporación a la actividad profesional. Esa falta de encaje puede producir trastornos que se traducen en un rendimiento más bajo, causando malestar genérico, sobre todo, en personas menores de 45 años de edad.
La también denominada depresión postvacacional no sólo afecta a los profesionales sino que tiene que ver con todo tipo de responsabilidades: laborales, sí, pero también familiares o relacionadas con los estudios. Cabe precisar que este fenómeno suele tener una duración de entre tres y quince días.
Síntomas del síndrome postvacacional
Este bajón, que aparece generalmente tras el verano, aparece tanto en el plano psíquico como en el físico. En el primer ámbito, los síntomas más habituales son estados de irritabilidad, tristeza, ansiedad o desinterés; mientras que, en el segundo, las formas más comunes son el cansancio generalizado sin motivo, los trastornos del sueño, los dolores musculares, la fatiga o la falta de concentración.
Consejos para superar el síndrome postvacacional
Aunque los síntomas pintan un panorama gris para empezar el mes de septiembre, no hay que alarmarse, ya que hay diferentes soluciones para evitar el síndrome postvacacional. José María Vilar-Sancho, sales manager de Polycom para España y Portugal y experto en trabajo flexible, ofrece las siguientes recomendaciones para superar la vuelta al trabajo tras las vacaciones y ‘no morir en el intento’.
- No apurar las vacaciones hasta el último instante. El trabajador tiene que tratar de no volver del lugar de veraneo justo para reincorporarse a su puesto tras unas vacaciones largas. Un día de margen en casa para habituarse de nuevo a la rutina y que no sea tan brusco el cambio puede ser de utilidad, aunque siempre hay quien prefiere aprovechar al máximo sus días libres, claro.
- Si disfrutas de trabajo flexible, el primer día no desarrolles tu actividad profesional en la oficina. No es una jornada extra de vacaciones, sino un día de tránsito para ponerse al día con lo que ha pasado en tu ausencia sin interrupciones de llamadas, consultas de compañeros o reuniones, entre otras ‘distracciones’.
- «Si tienes posibilidad, deja puesto el mensaje de tu correo electrónico que indica que estás fuera de la oficina un día más, el que vas a necesitar para retomar los asuntos y saber cómo está cada cosa», recomienda el citado experto.
- Retomar el pulso a la actividad profesional. Si dejaste al resto de tu equipo algún documento con los asuntos que se quedaban en marcha y con los que estaban pendientes, aquél puede servirte para refrescar la memoria y saber por dónde empezar después del periodo vacacional de desconexión.
- Será difícil que vayas a la oficina y que no pierdas parte de la mañana hablando sobre las vacaciones con tus compañeros. Si en vez de ir, convocas una videoconferencia para que te informen de la situación de los temas profesionales, la charla informal será mucho más breve e iréis más directos al grano.
- Revisa los correos electrónicos empezando por el más reciente. En algunos casos tendrás que leer todo los emails de la conversación para saber qué ha pasado, pero en otros, al leer los últimos mensajes, verás que ya se ha solucionado y no necesitarás invertir tiempo en ellos.
- Hay que saber priorizar. Aunque parezca muy obvio, se debe comenzar por lo importante y urgente. Ante la duda los temas relevantes deben prevalecer.
- «Cuando tengas una visión general de cómo está todo, puedes reunirte con la persona o las personas que puedan aclararte dudas o concretarte la situación de algún proyecto o asunto. Si no están disponibles en tu lugar de trabajo, una breve videoconferencia, bien planificada, será más que suficiente», asegura José María Vilar-Sancho.
- Si tienes la posibilidad de hacerlo, delega los menos trascendentes o aquello para lo que no sea necesaria tu intervención en otra persona.
- Por último, «márcate metas y objetivos realistas y no pretendas en un día o dos hacerlo todo. La mayoría de temas podrá esperar unos días más y no es buena idea estresarse nada más volver de vacaciones», concluye el especialista.