esde la Administración Pública se ha anunciado que se tiene una deuda de más de 35.000 millones de euros a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
No obstante, sus portavoz se “justifica” diciendo que las administraciones “periféricas” pequeñas, poseen muchas facturas “guardadas en el cajón” y por ello no se puede conocer la morosidad real del sector.
Como mencionábamos mucho tiempo atrás, a las pymes se las trata muy mal. Y no ocurre sólo en España, la falta de respeto es general. Me canso de repetir que las pequeñas y medianas empresas son las únicas (o para no generalizar digamos, las pocas) que dan la mayor fuente de trabajo y de ingresos de un país. Aquellas que tienen cosideración por el trabajador, que lo tratan como “humano”.
Por ello, no me sorprende que el presidente de Cepyme, Bárcenas, haga incapié en que la morosidad de las administraciones públicas son el problema de mayor magnitud en las pymes. Sin olvidar el gravísimo drama que poseen con la financiación. Los bancos harían hasta lo imposible para no darles préstamos.
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Omagen – Fernando Sacasa