¿Cómo lavarse las manos ante la crisis de deuda y cargar al pueblo con la responsabilidad como si fuese toda su culpa? La respuesta es: ¡Referendum! Si bien no voy a mostrarme en contra del instituto que representa el referendum para la toma de decisiones o dilemas en que el pueblo puede participar, este no es el caso de cargar a los habitantes griegos con el peso del futuro de su economía.
Sin embargo, el Gobierno griego acordó que celebrará un referéndum sobre el nuevo paquete de ayuda de la Unión Europea para que los ciudadanos puedan pronunciarse sobre si quieren aceptarlo o no.
Tal como indicó Papandreu, “confiamos en los ciudadanos, creemos en su criterio, creemos en su decisión“. Pues claro, no será difícil en un tiempo posterior decir: “los ciudadanos optaron por el paquete de ayudas, las consecuencias son producto de ello“. Pero por otro lado, ahora nos dicen que si no se aprueba el paquete, Grecia quebraría… Ante estas dos posturas, ¿qué griego promedio se atrevería a votar en contra?