La declaración de la renta suele deparar sorpresas todos los años y una de las más desagradables afecta a quienes están o han estado en paro. Cuando llega el momento de rendir cuentas a Hacienda descubren que su factura es positiva y deben abonar importantes cantidades a la Agencia Tributaria.Y es que el paro en la declaración de la renta computa como rendimiento del trabajo.
El error de la mayoría de contribuyentes es pensar que los ingresos que perciben como prestación por desempleo no tienen implicaciones fiscales. Este desconocimiento hace que no se planteen que Hacienda puede pedirles que rindan cuentas por ese dinero, que a efectos fiscales tiene consideración de rendimientos del trabajo y se sumarían a otras rentas percibidas durante el ejercicio 2009 en este caso.
Esto tiene una doble implicación. Por una parte afecta a toda la estructura de ingresos, ya que se suma a las rentas de trabajo con sucotización a la seguridad social y su retención de IRPF incluidas,y por otra puede incidir en la obligación de declarar.