España es reconocida mundialmente como uno de los principales productores de aceite de oliva, siendo este “oro líquido” uno de los pilares de la dieta mediterránea. Sin embargo, paradójicamente, el precio de este preciado líquido suele ser más elevado dentro de nuestras fronteras que en otros países. ¿Por qué sucede esto? A continuación, analizamos las principales razones detrás de esta discrepancia.
El precio del aceite de oliva en España: desafíos y consecuencias
En España, el aceite de oliva está sujeto a diferentes impuestos y tasas que inflan su precio final al consumidor. Estos impuestos, si bien tienen el objetivo de financiar servicios públicos esenciales, pueden hacer que el producto sea más caro en comparación con otros mercados donde la fiscalidad es diferente o más laxa.
La producción de aceite de oliva de calidad en España sigue métodos tradicionales que, si bien aseguran un producto superior, también conllevan costos más elevados. La recolección manual o el uso de técnicas sostenibles, aunque esenciales para mantener la calidad y las características del aceite, pueden resultar en precios más altos en comparación con aceites producidos en masa o con menos atención al detalle.
El sistema de distribución en España cuenta con múltiples intermediarios: desde el productor hasta el distribuidor, pasando por almacenistas y otros actores. Cada uno de estos eslabones añade un margen al precio, lo que puede resultar en un costo final más elevado para el consumidor.
El aceite de oliva español es altamente valorado por su calidad y sabor. Esta percepción de producto premium puede influir en su precio, especialmente en regiones donde se produce el aceite con Denominación de Origen Protegida, lo que garantiza una calidad y un origen específicos. La alta demanda de aceite de oliva español en el extranjero puede llevar a que se exporten[…]Leer noticia completa en la fuente original