Cuando accedíamos a los datos del desempleo que confirmaban la bajada de este en nuestro país, no eran pocas las voces que asumían como parte de este descenso que situaba el número de parados por debajo de esa terrible frontera de los 6 millones (aunque por poco) el hecho de la estacionalidad de los datos con la campaña de verano ya encima, y con las previsiones, que después se han cumplido, que han presentado el mejor dato histórico de llegada de turistas a nuestro país en el mes de junio.
Todo esto está muy bien, el cálculo podría ser correcto, si no fuera porque, efectivamente, el sector de trabajadores empleados en turismo no sólo no se ha incrementado sino que disminuyó casi un 2% el segundo trimestre del año con respecto al año anterior (concretamente un 1,8%).
Pero también el sector presenta un crecimiento en el número de parados comparativamente con el mismo trimestre del año anterior.
Hay dos explicaciones relativamente plausibles a este hecho, la primera, la oficial, tiene que ver con la actitud del turista, una actitud cambiante, que hace que esos 6.300.000 turistas del mes de junio (más lo aportado en el mes de julio y lo que llevamos de agosto) haya modificado en buena medida sus hábitos, buscando alojamientos alternativos a los hoteles, y, aportando menos consumo en lo que se refiere a gastos como por ejemplo ocio y restauración; estos datos se verán refrendados o no cuando al concluir el verano se realicen los estudios relativos al gasto medio por turista en nuestro país, de momento se puede dar como bueno en parte el argumento.
Sin embargo, en el otro lado, y no necesariamente incompatible a lo anterior, nos encontramos con una realidad que dice que el trabajador medio dentro del sector turístico, trabaja más, es decir asume de media mayor nivel de responsabilidad o de horas o de ambas cosas que antaño, y además, cobra menos, algo palpable en el escaso crecimiento de los salarios dentro de este sector; menos empleados trabajando para mayor número de turistas, este también parece ser un hecho poco discutible.
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