El día de hoy, desde el punto de vista periodístico, se convierte sin duda en una jornada de informaciones, dando paso, a partir de mañana a un período amplio que arrancará con las diferentes interpretaciones de esta jornada de huelga general para concluir con las reflexiones tanto de sindicatos como del propio gobierno, así como una tensa espera de la sociedad en general hacía los posibles resultados de la huelga.
Lo anterior que podría ser un pequeño modelo de previsión de comportamiento general en lo que rodea desde el prisma de la noticia a una jornada de huelga general realmente no es sino un resumen de la evolución de las anteriores huelgas generales en nuestro país, casi, se podría llegar a afirmar, un modelo de comportamiento pautado más que evidente.
Hasta hoy son seis las huelgas generales de 24 horas emprendidas en nuestro país desde la llegada de la democracia, seis huelgas a las que sumar dos con carácter parcial también llevadas a cabo durante este periodo de tiempo.
Desde aquella primera huelga que CCOO le planteara al gobierno de Felipe González en 1985 en la que resulta desde luego muy destacable la ausencia en la convocatoria de UGT, hasta la huelga en contra de la reforma laboral del gobierno realizada en el año 2010 vamos a encontrar, revisando estas seis convocatorias de huelga, algunas constantes, como la del cese de algunos ministros de trabajo de manera más o menos evidentemente relacionada con las huelgas
Comenzando por la salida del gobierno de Felipe González de Manuel Chaves, a la sazón ministro de trabajo, escasamente un año después de la huelga general de 1988 y continuando con el cese dentro del gabinete de Jose María Aznar de Juan Carlos Aparicio, también por entonces ministro de trabajo tras transcurrir tan solo un mes de la celebración de la huelga de 2002, nos encontramos con dos ministro de trabajo que, curiosamente, sucumbieron a las que se consideran las dos huelgas generales más exitosas de la democracia; recordemos que en la huelga general de 1988 el gobierno de Felipe González retiraba el plan de reforma laboral y empleo juvenil objeto de la protesta, mientras que en el caso de la convocatoria de 2002, convocada contra la reforma de la protección a los parados, el texto, que años después fue declarado inconstitucional, fue negociado con los sindicatos por el sustito de Juan Carlos Aparicio, Eduardo Zaplana. La última de estas víctimas ministeriales se materializa en la persona de Celestino Corbacho, quién tras la huelga general de 2010 abandonaba su puesto en el gobierno de Rodríguez Zapatero.
Probablemente otra de las constantes de todas las huelgas generales en estos años de democracia, aunque pueda parecer anecdótico, es el hecho de la disparidad de cifras a la hora de interpretar los resultados dependiendo de si las aportan los sindicatos o los gobiernos de turno.
En prácticamente todos los casos se mantiene la proporción, si los datos se aportan en millones de personas, como en el caso de las huelgas de 1985 y 1988, mientras los sindicatos atribuían cuatro y ocho millones respectivamente de trabajadores que secundaban la huelga, las cifras gubernamentales los reducían a uno y dos millones, más clara es esta constante si los datos se proporcionan en porcentaje de participación; según los sindicatos las tres últimas huelgas generales han tenido el mismo nivel de participación el 90%, según los diferentes gobiernos en cada una de estas tres huelgas el porcentaje es el mismo, efectivamente: el 30% de seguimiento.
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