Cada vez que veo a Angela Merkel no puedo dejar de pensar en la Señorita Sherwood, lo cual delata mi edad, que le vamos a hacer, si ya tengo canas. Para los más jóvenes o desmemoriados os recuerdo que era la profesora de Fama, una aclamada serie de televisión los ochenta, En ella, la Sherwood daba la bienvenida a sus alumnos con una frase mítica. “Vosotros queréis la Fama, pero la Fama cuesta. Y aquí es donde vais a empezar a “pagar”. Por Pilar Blázquez.
Aquí os dejo el vídeo ( para nostálgicos y jovencitos):
El siguiente paso consistía en machacar a sus alumnos de baile con intensos ejercicios hasta la extenuación. Pues bien, aunque Angela Merkel está físicamente a años luz de aquella profesora, su actitud es prácticamente la misma: quiere ver a los europeos del sur sudar la gota gorda antes de ceder a sus pretensiones.
Por eso, no me sorprendió nada la noticia con la que habría su edición de ayer el Wall Street Journal . “Alemania cede terreno en el plan Europeo”, titulaba el rotativo financiero la noticia en la explicaba que el país presidido por Ángela Merkel podría ceder en acérrima negativa a aceptar eurobonos, a cambio de que los países de la Unión Europea cedan parte de su soberanía fiscal. Las bolsas europeas, (excepto Londres que estaba de fiesta), parecían celebrar con subidas del cambio de actitud de Merkel. Pero la realidad es que en la información no había ni novedad, ni cambio de actitud. Unas horas después, uno de sus hombres de confianza, Steffen Seibert, puntualizaba. «El Gobierno alemán considera que en este momento la emisión de eurobonos no es la respuesta adecuada a la crisis». Su momento llegará «dentro de muchos años», cuando exista integración fiscal en Europa.
La historia se repite. Esa es la lección que nos está intentando hacer aprender Ángel Merkel desde que en 2010 se descubriera el pastel de las amañadas cuentas públicas griegas. Tras años de financiar al resto de economías del euro, los alemanes han decidido que es hora de que los vecinos del sur de Europa suden para ganarse la llegada de dinero/ayuda europeas.
Las formas varían, pero el mensaje ser repite. El pasado febrero, la alemana declaraba en una entrevista a RTVE: «Cada uno de los países del euro debe estar a la altura de lo que se espera de ellos y esforzarse, por eso creo que los eurobonos no son la respuesta correcta«.
En mayo, tras otra de las enésimas cumbres extraordinarias de líderes de la Unión Europea, hablaba sobre ellos en estos términos: “No son una contribución al crecimiento. Tenemos y queremos ser más solidarios los unos con los otros, pero por otra parte, eso también significa que todos tenemos que ser muy competitivos y demostrar que tenemos economías fuertes e innovadoras porque la competencia con el resto del mundo es muy fuerte», señalaba.
Podemos creer que los alemanes van a ceder o esperar a que seamos el resto quienes lo hagamos, pero tiene toda la pinta de que al final habrá que pasar por el aro alemán. Ellos saben que sólo en situaciones de angustia los gobiernos europeos serán capaces de soltar soberanía. Y por eso están tensando la cuerda al máximo. Claro que saben que los Eurobonos son la solución, pero chicos: «Los eurobonos cuestan y ya es hora de que empecéis a pagar», parece decir la Canciller.
Hace un año ya se decía esa presión había llegado al límite y la cuerda no aguantaba más. Pero aquí estamos 12 meses después aguantando todavía más presión. Y mientras las finanzas alemanas regocijándose del miedo y las reticencias al cambio de los «periféricos», con un bono a dos años con intereses negativos.
(Fuente: Bloomberg)
Es decir, que Alemania pide prestado y a cambio no sólo no paga intereses sino que los recibe. Así seguro que tienen margen de sobra para tensar la cuerda todo lo que haga falta.
Esto tiene toda la pinta de terminar al estilo Bankia, al final habrá eurobonos, pero costarán caros, muy caros, y se llegará a ellos de la forma más dolorosa posible, con más sudor del necesario y con más agujetas que Coco, Leroy y demás alumnos de la Sherwood juntos.