Debe ser la enésima vez en lo que va de año que cuando suenan aires de intervención del BCE son eliminados de un plumazo por alguna declaración más o menos oficial desde el Banco Central de Alemania. Hoy se repitió la jugada. Los mercados amanecieron optimistas tras leer durante el fin de semana en la revista alemana Der Spiegel que el BCE se planteaba fijar umbrales de tipos de interés para la compra de bonos soberanos de países en problemas de la zona euro y evitar que estos se disparasen en exceso. La idea de que la autoridad monetaria pudiera actuar por sorpresa, después de 23 semanas sin hacerlo, animó a muchos a cerrar sus posiciones cortas abiertas contra la deuda pública de España e Italia.
Sobre las 12 de la mañana, desde el Buba (como se conoce en la jerga financiera al Banco Central de Alemania) recordaron su ya tradicional advertencia. «El plan de compras de bonos del BCE trae riesgos considerables para la estabilidad. El volumen de compras de bonos podrían ser «ilimitada», pero debe ser suficiente en cualquier caso». El mercado de deuda no tardó en resentirse. La prima de riesgo española que había bajado hasta los 459 puntos, su nivel más bajo desde el pasado mes de mayo, volvió a subir para acabar la sesión en 477 puntos básicos. De la misma forma, la Bolsa freno la subida de las primeras horas de cotización para terminar con una caída del 1,21%, hasta los 7.469 puntos.
Las declaraciones de Buba no han gustado nada en círculos políticos y hasta Corrado Passera, Ministro de Industria italiano hizo declaraciones asegurando que que tales comentarios perturban los mercados, agregando que la crítica del Bundesbank a los planes del BCE para la compra de bonos «no honra a quienes los hacen».
Rescate similar al griego
Pero la presión contra España no llegó sólo de Alemania, la editorialista de The Wall Street Journal Mary Anastasia O’Grady insinuó ayer en una entrevista a Cycprisma, la revista de Crédito y Caución, que recoge Europa Press, que si la tesitura económica actual se prolonga «mucho tiempo», cabe la posibilidad de que España se encuentre en riesgo de ser rescatada o ayudada mediante un paquete de medidas «similares» al aplicado en el país heleno con el propósito de evitar su quiebra.
En este sentido, O’Grady dió pistas al que las quiera escuchar de cuál es la política de los mercados a los que representa su periódico. España tendrá la oportunidad de comenzar a «respirar» cuando ofrezca «señales evidentes» de que se están acometiendo cambios estructurales serios, al tiempo que disponga de una agenda de crecimiento «muy agresiva» a partir de la cual los inversores puedan depositar su confianza y despejar así las dudas que se ciernen actualmente sobre la economía española.
A pesar de todo, la caída de la prima de riesgo de hoy, permite al Estado afrontar con más optimismo la subasta de letras a 12 y 18 meses que se realizará mañana y para la que se ha fijado un objetivo máximo de 4.500 millones de euros.