Son muchas las decisiones que nos afectan y que se tienen que consensuar desde la Unión Europea. Por ello, España no se suma algunas por no convenir a nuestros intereses. De ahí, que nos hayamos quedado fuera en el acuerdo sobre la patente única europea, por considerar que es un acuerdo basado en los que algunos califican como una discriminación lingüística para nuestro idioma, pues el registro de la misma sólo se hará en francés, inglés y alemán, dejando fuera el español y el italiano.
Una vez conocida la más que probable intención del Tribunal de Justicia de la UE de desestimar el recurso interpuesto por España e Italia, es interesante saber, ¿cómo se adoptan estas decisiones en la UE? Y sí realmente, estamos siendo discriminados lingüisticamente desde la UE.
España: patentes de segunda velocidad
Así es, España e Italia no formarán parte del nuevo registro oficial de la patente única europea y ello a pesar de que desde Bruselas se afirma lo beneficiosa que resultará para las empresas, las cuales podrán reducir costes hasta un 80% y proteger sus innovaciones de manera conjunta. Sin embargo, este sistema, sólo se aplicará en 25 países, pues España no está dispuesta a permitir que dicho registro no se pueda hacer también en español.
Estas decisiones se toman en el seno de lo que se denomina, una cooperación reforzada, es decir, aquello que coloquialmente se ha denominado, la Europa a varias velocidades. Mediante este mecanismo, aquellos países que quieran llegar a acuerdos dentro del marco de la Unión Europea, que no cuenten con el consentimiento de los veintisiete, podrán adoptarlo en el seno de esa cooperación, que evidentemente, estará siempre abierta a los países que no quieran adherirse en un primer momento.
A pesar del recurso que España e Italia presentó ante esta cooperación reforzada, es de suponer que el Tribunal de Justicia de la UE, finalmente dará luz verde a esta asociación, desestimando el recurso, en la que se lleva más de treinta años de negociaciones.
Las empresas españolas, menos protegidas
De esta manera y a partir de ahora, las patentes sólo se podrán registrar en inglés, francés y alemán, lo que a óptica española, sí que puede resultar una discriminación lingüistíca y que sin duda, supondrá que nuestras empresas se queden fuera de la protección que esa patente proporcionará a los 25 países restantes. Así que si una empresa quiere comercializar sus productos en España, mostrarán mayores reticencias a la protección que les proporcionará nuestro país, así como a los mayores costes que tendrán que afrontar, frente a los beneficios de una única solicitud de patente.
Que el español se haya quedado fuera como lengua para registrar las patentes, contrasta con la importancia que el mismo tiene en el mundo empresarial y en las relaciones comerciales, pues es una lengua que gana hablantes diariamente y peso como activo de gran valor en la economía mundial.
De ahí que sí podamos hablar de una cierta discriminación lingüística, que conduce a que los hablantes de otra lengua no muestren interés por usar la nuestra, prueba de ello, son las dificultades que encuentran los españoles para comunicarse o encontrar trabajo en países europeos. Aprender inglés y alemán cada vez se hace más necesario, así que si estas pensando en marcharte, apunta las siguientes claves para decidir con éxito.