El inicio del año 2024 ha sido testigo de un repunte en la tasa de inflación, alcanzando un 3,4% en enero. Este aumento se atribuye principalmente al alza del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) a la electricidad. Sin embargo, dentro de este panorama, se observa una moderación en la inflación subyacente, que se sitúa en un 3,6%. En este artículo, analizaremos los factores detrás de este repunte, sus posibles implicaciones y cómo la inflación subyacente aporta matices a la situación económica.
Factores a tener en cuenta
El aumento en la tasa de inflación al 3,4% en enero ha captado la atención de economistas y ciudadanos por igual. Este repunte, impulsado principalmente por el incremento en el IVA a la electricidad, ha generado preocupaciones sobre el impacto en los bolsillos de los consumidores y el costo de vida en general. La medida de aumentar el IVA a la electricidad ha sido un factor determinante en el repunte de la inflación. Este ajuste en la carga impositiva ha impactado directamente en los costos energéticos para los hogares y las empresas, generando presiones inflacionarias.
La inflación también puede ser influenciada por factores externos, como interrupciones en la cadena de suministro. Problemas logísticos, restricciones comerciales o desafíos en la producción pueden contribuir a aumentos de precios en diversos sectores. La relación entre la demanda y la oferta de bienes y servicios también juega un papel clave en la inflación. Si la demanda supera la oferta, los precios tienden a aumentar. En un contexto de recuperación económica, el repunte de la demanda puede contribuir al aumento de los precios.
Aunque la tasa de inflación general ha experimentado un repunte, es crucial analizar la inflación subyacente, que se sitúa en un 3,6%. La inflación subyacente excluye[…]Leer noticia completa en la fuente original